ꫂ . O4

37 8 8
                                    

Habían pasado unos días desde que entregamos el proyecto de historia. Ahora estaba en la hora de almuerzo y aunque había sido mi idea, ya empezaba a arrepentirme de haber convencido a los chicos de aceptar a Jeongin en el grupo. La tensión era demasiada, especialmente hoy a la hora de almuerzo.

Nos sentamos alrededor de la mesa, cada uno con su bandeja, pero el ambiente era tan pesado que parecía que estábamos comiendo piedra. Buscando romper el hielo, intenté iniciar una conversación con cualquier cosa que tuviera en la mente.

—La comida está buena!— exclamé, forzando una sonrisa y mirando a los demás con nerviosismo, esperando alguna respuesta.

Jeongin me devolvió una sonrisa tranquilizadora, como si hubiera notado mi incomodidad. — Sí, muy buena— respondió, su tono suave contrastaba con la tensión que se respiraba en el aire.

Pude sentir las miradas de los demás clavadas en nosotros. Minho, en particular, me observaba con una expresión de desaprobación. Se aclaró la garganta y, con un tono que sonaba más a acusación que a curiosidad, preguntó: —Y tú, Jeongin, ¿qué haces en tu tiempo libre?

Jeongin se quedó pensativo por un momento, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras. —Bueno, suelo... — comenzó a decir, pero fue interrumpido por Changbin, quien se inclinó hacia adelante con una ceja alzada.

—¿Sueles qué? ¿Salir a matar gente o algo así?— preguntó con sarcasmo, y una sonrisa burlona se dibujó en su rostro.

La broma cayó como una bomba en la mesa. Jeongin apretó los labios, vi como apretaba los puños, parecía que iba a golpear a alguien.

— Changbin, eso no fue gracioso— intervine, sintiendo una punzada de culpa.

—¿En serio? Porque a mí me parece hilarante— respondió Changbin con una sonrisa irónica.

El ambiente era demasiado incómodo. Me di cuenta de que había sido un error tratar de integrarlo al grupo. Jeongin, que antes parecía un chico tímido y muy callado, ahora parecía a punto de estallar.

Intentando cambiar de tema y aliviar la tensión empecé a hablar — ¿Y ustedes, tienen algo planeado para el fin de semana? Quizás podríamos quedar para jugar videojuegos o algo así.

Hyunjin, que hasta entonces había estado en silencio, levantó la vista y me miró con una expresión de cansancio. —La verdad, si está Jeongin, no quiero hacer nada.

Uno a uno, los demás fueron declinando mi propuesta, siguiendo el ejemplo de Hyunjin. Me quedé solo con Jeongin, que me miraba con una mezcla de tristeza y resignación.

—Lo siento — me dirigí a él, sintiendo un nudo en la garganta. —No era mi intención hacerte sentir incómodo.

—No importa, si quieres podemos hacer algo nosotros el fin de semana.— sonrió y agarró mi mano con confianza.

Me sorprendí por su iniciativa. Siempre había visto a Jeongin como alguien tímido y reservado. Al sentir su mano en la mía, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.

—Me encantaría— respondí, sintiendo mis mejillas arder ante el toque.

Apenas escuchamos la campana, nos despedimos y fuimos a nuestras respectivas clases.

Apenas escuchamos la campana, nos despedimos y fuimos a nuestras respectivas clases

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La oscuridad envolvía cada rincón de mi habitación, era de noche y no podia dormir. Las imágenes del almuerzo se reproducían una y otra vez en mi mente, como una película en bucle. La tensión, la hostilidad, la mirada de decepción de los chicos... Me sentía un completo fracaso como amigo.

Podría estar jugando algún juego en la pantalla brillante de mi teléfono, pero no podia ni tenia ganas. estaba sumergido en mis pensamientos, buscando alguna manera de arreglar todo.

De repente, un ruido extraño me saco de mi mente. Un crujido leve, como una rama que se doblaba. Me sobresalté y me incorporé de golpe. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras mis sentidos se agudizaban.

Con cautela, me acerqué a la ventana y asomé la cabeza. La noche estaba oscura y silenciosa, pero algo me decía que no estaba solo.

Vi una figura oscura moverse entre los árboles de mi patio. Era como una sombra, no podía identificar quién era o si era una persona por lo menos.

Me frote los ojos, esta vez ya no habia nada, intenté convencerme de que había sido producto de mi imaginación, pero no pude evitar pensar que tal vez era algo que me quería hacer daño, me sentía demasiado paranoico últimamente.

El miedo se apoderó de mí. Mi respiración se aceleró y mis manos comenzaron a sudar. Cerre la ventana y me aleje de ella, me apoyé contra la pared, tratando de calmarme. Pero era inútil. La sensación de ser observado me aterrorizaba.

stalker | jeonglix . hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora