Jeongin lanzó su celular contra la pared con frustración, no tenia muchas ganas de ir a la escuela, anoche no había dormido mucho por.. algo personal.
Respiró profundamente, y se levantó de su cama, empezando a estirarse como de costumbre.
Empezó a hacer su rutina la cual trataba de bañarse, cepillarse, vestirse y desayunar.
Despues de un rato recogió su celular y lo guardó en su bolsillo. Agarro su mochila para salir directo a la escuela, hoy seria un gran día, veria a Felix, sonrió inconscientemente al recordar a su amado. Se imaginó cómo se sentiría estar muy cerca de él, esto hizo que su corazón latiera más rápido.
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Al llegar a la escuela, Jeongin se dirigió a su casillero para cambiar sus libros para la primera clase, mientras cerraba la puerta, vio a Felix hablando con sus amigos. su corazón latió más rápido al verlo sonreír, y se quedó mirándolo anonadado por un momento, Felix era simplemente el ser más perfecto del universo.
Hasta que el sonido del timbre lo sacó de su ensimismamiento, y salió corriendo a su primera clase, con la imagen de Felix grabada en su mente
Uno de los amigos de Felix, Hyunjin, había notado cómo Jeongin lo estaba viendo fijamente hace unos segundos, no pudo evitar sentir un pinchazo de celos al ver la intensidad en la mirada de Jeongin, tal vez a Hyunjin le gustaba un poquito Felix.
—Eh, Felix, no te parece extraño que el rarito de la clase te mire así? —preguntó Hyunjin, inclinándose hacia Felix con una sonrisa burlona, intentando ocultar sus celos.
Felix se rió, sacudiendo la cabeza.
—Te encanta alucinar, no?
Pero Hyunjin siempre había notado cómo Jeongin miraba a Felix, era como si lo estuviera absorbiendo con la vista, sin parpadear, esto a Hyunjin le parecía raro, y también un poco amenazante. No quería que nadie se acercara a Felix, especialmente no de esa manera.
—Hyunjin tiene razón, ese chico se la pasa comiendote con la mirada, aunque da un poquito de miedo —intervino Han, otro amigo de Felix.
Felix se sonrojó ligeramente, pero siguió con lo suyo, se quedó hablando con sus amigos hasta que recordó que tenía clases.
—Bue, mejor vamos a clase, hace un buen sonó la campana—dijo Felix, y el grupo asintió, dispersándose hacia sus respectivas clases.
Felix llegaría tarde a su primera clase de hoy, después de quedarse charlando con sus amigos en el pasillo. La conversación había sido tan absorbente que se había olvidado completamente del tiempo.
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