Tn un joven chico que desafortunadamente murió en un accidente automovilístico apareció en presencia de una entidad el cual le concedió 3 deseos, pero lo que no se dio cuenta es que este Dios lo había reencarnado en My Little pony y no solo eso sino...
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Tn se encontraba en un estado de serenidad, entrenando con sus espadas que levitaban en el aire con precisión y control.
Pero la tranquilidad se desvaneció cuando una nube de algodón de azúcar apareció de repente, cubriéndolo con su suavidad y llenándolo de asombro.
La nube, como un espíritu travieso, salió disparada hacia el cielo, dejando a Tn parpadeando incrédulo y cubierto de algodón de azúcar.
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Con determinación, Tn utilizó su magia de levitación para alzarse al vuelo y perseguir a la nube escurridiza.
Sin embargo, la nube parecía disfrutar del juego del gato y el ratón, girando y curvando en el aire con una velocidad y agilidad que dejaba a Tn atrás.
Cuando finalmente creyó que había alcanzado a la nube, esta giró bruscamente a la izquierda, haciendo que Tn se golpeara contra un árbol con un golpe sordo.
La situación se tornó graciosa y divertida, con Tn persiguiendo a la nube con gran enojo, su rostro rojo de frustración y su melena despeinado por el viento.
La nube, como si se burlara de él, seguía flotando en el aire, siempre fuera de su alcance.
Tn, con una determinación renovada, se lanzó nuevamente en persecución de la nube, decidido a atraparla de una vez por todas.
Pero la nube, como si tuviera un sentido del humor particularmente travieso, parecía disfrutar del juego del escondite y la persecución.
Justo cuando Tn creyó que finalmente había alcanzado a la nube, esta realizó una vuelta brusca y lo envió cara contra otro árbol, con un golpe sordo que hizo que Tn se tambaleara hacia atrás.
La nube, como si se riera de la desgracia de Tn, siguió su vuelo, flotando en el aire con una gracia y una agilidad que parecían burlarse de la determinación de Tn.
"¡Ja, ja, ja! ¡No me puedes atrapar!", parecía decir la nube, mientras se alejaba en el cielo.
Tn, con un gruñido de frustración, se levantó del suelo y continuó la persecución, decidido a no rendirse ante la nube juguetona.
El Zorua, Tn, había llegado a su límite. La nube juguetona había estado burlándose de él durante demasiado tiempo, y su paciencia se había agotado.
Con un susurro tranquilo, Tn pronunció las palabras mágicas:
