The blue palace [Sukufushi] [Sugusato]

Palacio Otomano.

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Prólogo:

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«Todo cambio de la noche a la mañana. En tan solo un susurro de aliento frío todo acabo. Mi familia, mi vida. ¿Que culpa yo tenía? De simplemente querer una vida.»

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En la sociedad como la conocemos. Hay muchas cosas que tener en cuenta. Desde la forma en la que nacemos. Hasta donde lo hacemos. Como vivimos y enseñamos a vivir.

En los años 1500. Las cosas no son sencillas. Tal vez por el simple hecho de que la sociedad está construida de una forma muy prejuiciosa e inestable.

Donde la jerarquía y el poder. Estan constituidos de formas extrañas. Formas que no podemos verificar. Y hacen fuertes y poco argumentales al pasar de los tiempos. Y son cosas que sin derecho a fundamentos. No podemos cuestionar.

Los clanes están divididos de formas específicas. El poder de ellos o su válida depende específicamente de cuántas tierras lleven en si. Cuantas personas lo apoyen. Y el reconocimiento que estos empleen a lo largo de los años y de los gobernantes especial que estos prevalezcan.

Pero existe una jerarquía que estos no pueden cambiar.

Los alfas. Siempre estarán arriba. Sin importar el modelo en la que la sociedad desee pintarlos. Aunque se podría determinar su importancia por su rango o poder. Los únicos capaces de tener buena descendencia ante los ojos del poder y capaces de los puestos más claves. Son los alfas.

Los betas. Son personas que mantienen la calma. en el equilibrio. Se le trata más bien por su validez y relevancia, los betas casi siempre son trabajadores públicos. Y aquellos médicos. Personas promedio que se pueden ver envueltas en situaciones sin tener problemas. Debido a su facilidad de adaptación. Y así poco afinaza con los alfas y omegas.

Los omegas. El último tramo de esta. Los omegas son considerados irrelevantes. Al ver los más adecuados para procrear la vida y gracias a ellos existe la raza humana. Se han reservado solo para eso. Ya que por su falta de afinidad al mundo de los alfas. Fueron catalogados solo para ser las esposas de los alfas. Atenderlos y servirles. Para así dar a luz a más niños. Y extender la raza humana.

Malditos estereotipos.

Aunque así fuera desde siempre. Siempre iban existir personas que no estuvieran de acuerdo con aquello. Creando así rebeliones entre ciertos clanes. Y cuando se está en periodo de guerra. Los daños colaterales siempre existen.

Así como el.

—¡Michael! ¡Michael!

La voz de su hermano mayor es difusa en su cabeza. Siente unas manos agarrar su cuerpo y ser jalado. Su cabeza parece estar llena de agua. Esta mareado.

Mira el rostro de su madre antes de ser atravesada con una lanza. Sus ojos se abren y siente un golpe en el fondo de su corazón. No puede ver a su padre. Pero no es su primera preocupación. Algo en su interior grita antes que el.

—¡Yuta!

—Hermano. ¡Despierta!

El azabache es despertado con rapidez con un gran balde de agua fría en su rostro. Este tose con fuerza al ver la cubierta. El chico de ojos azules y apariencia albina se acerca a el. Toca su cara y lo abraza.

—Hermano, cielos, me asustaste...

—¿Angel? Que que paso...

El albino bajo la mirada. Entonces el ucraniano observó a su lado como estaban a borde de un barco. Cerca de demasiadas personas. Para ser más específico. De muchos omegas.