Dos mentes, una varita -HIATUS-

Capítulo 67

CAPÍTULO SESENTA Y SIETE

"¿Cómo se siente eso?" Cissy preguntó suavemente, frotándose el pulgar alrededor de la base de su polla. El nuevo apego había sido doloroso y headd gritó como un bebé, empeorado por la risa histérica de Tomac en su mente.

"Better." Suspiró, descansando en la cama. "Solo quiero quedarme en esta cama y nunca dejarla." Helena y Cissy lo habían mimado en su recuperación y no le estaban dando muchos incentivos para irse — Helena estaba acurrucada alrededor de su costado con solo su camisa formal de Hogwarts, alimentarlo alternativamente de una bandeja de productos horneados, frutas y pasteles.

Narcissa llevaba una vieja camiseta blanca y unos pantalones largos de jardinería — shea había estado muy decidido a que no se pusiera erecto hasta que ella fuera su polla fue curada y unida adecuadamente. Desafortunadamente, ella era tan sexy y buxom que sus tetas se estaban colando de su camiseta, con los pezones rosados delineados.

"¿Sientes eso?" Ella ahuecó sus bolas suavemente.

"Yes."

"Y esto?" Lentamente acarició su eje. Su polla hormigueaba, endureciéndose. "Oh, ahí está."

Harry exhaló lentamente. "Todo saluda la res-erección."

Cissy le dio una mirada regañadora. "Deseo que dejes de andar con Sirius — oye una mala influencia."

"Youre no está mal." Vio crecer su polla, gimiendo en anticipación del dolor que nunca llegó. Ver al pequeño Harry de pie alto y orgulloso se sintió extrañamente emocional — incómodamente, la comparación más cercana que tuvo fue el triunfo sentimental de Tomar cuando renació en el cementerio.

Helena besó su mejilla con amor. "Todavía te hubiera amado sin pene, mi Harry."

"Bueno, cariño." Narcissa agregó con aprobación.

Harry deslizó su camisa y pellizcó el fondo más joven de Malfoyia. "Eso es porque sabes lo que puedo hacer con mis manos." Se movió las cejas.

"Stahp!" Ella se rió.

"Lo mejor es asegurarnos de que todavía funcione correctamente." Cissy dijo con hambre. "Oh, yo solo odio usando estas cosas horribles." Ella presionó un beso en su muslo. "Déjame ir y cambiar por ti rápidamente, cariño."

Harry se encogió de hombros. "Iim no va a ninguna parte." La idea de Hogwarts se sentía insoportable en este momento — solo quería esconderse de todos sus problemas. La tortuosa Veela, la petrificada Luna, el dolor de Neville, por las personas que mataron. Y más allá de todo, cada vez más fuerte, Voldemort.

Eso fue un problema para mañana. Hoy fue para el descanso y la recuperación y el tierno cuidado amoroso. Mientras miraba a Helenaa apretada poco atrás, disfrutando de sus pequeños chillidos y castigos, sus dedos encontraron algo frío.

"Oh," Murmuró. No lo había olvidado exactamente, pero era tan surrealista. Las mujeres que lo amaban tanto que se someterían a tal muestra. Un tapón de tope con bisel para agitar cada paso, para sacudir cada asiento.

Fue como una Marca Oscura que rogaron por — Hermione era en realidad para encantarlos de tal manera que pudiera comunicarse con ellos, aunque él pensaba que ella estaba tratando de crear excusas para usar la suya constantemente.

Harry ni siquiera estaba seguro de si disfrutaban de la sensación real, tanto como se desesperaban por la idea de que no eran tan amados como las chicas que los tenían. Los enchufes habían creado un sistema de clasificación involuntario, uno que incluso Hermione fue adoptado por.

"Honestamente, Hannah es una bebé." Hermione puso los ojos en blanco. "La metí en un armario de escoba para comprobarlo porque me preocupaba que se cayera," Ella le dio un resplandor marchito. "Since tú dije que no podía usar bragas ayer. Tan pronto como lo vio, estalló en lágrimas!"