˚༺ 𝓝𝓐𝓓𝓐 𝓜𝓐𝓢 | 𝒜 𝑅𝒾𝒸𝒽𝒶𝓇𝒹 𝑅𝒾𝑜𝓈'𝓈 𝐹𝒶𝓃𝒻𝒾𝓃𝒸𝓉𝒾𝑜𝓃 ༻˚
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En un mundo de farándula y chismes mantener una relación estable no es para débiles.
Aldana nunca pensó que enamorarse de uno de los jugadores de fútb...
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El concierto de La Bichota había terminado de la mejor manera; las personas habían disfrutado lo suficiente como para hacer ese el mejor recuerdo de sus vidas. La cantante paisa se había despedido hace unos minutos antes de volver con su equipo al camerino y la luces del lugar se comenzaron a encender de a poco, dado por terminado el show en São Paulo.
El calor rodeaba el ambiente y Aldana, en compañía de su mejor amiga, no podía dejar de beber agua como si se encontrara en un desierto, pues aquella noche se asemejó a una rutina intensa de cardio. Llevaban al rededor de diez minutos buscando un guardia que las pudiera llevar a los camerinos para poder saludar a su amiga Carolina, sin embargo, con el gentío todavía en el establecimiento, se les estaba complicando.
—Venga, Aldana, ¿pero usted si le avisó que íbamos a ir? —indagó Isa, tomando la mano de la cantante con fuerza para no separarse—. Que tal ella no sepa y nosotras ahí de metidas.
—Ay, Isa, que si. Ya habíamos cuadrado antes, relájate. —Aldana chasqueó la lengua y continuó caminando por el lugar.
Sus iris pardos tanteaban con atención el recinto, la poca iluminación tampoco es que el favoreciera mucho, sin embargo, a unos cuantos metros de la tarima Aldana logró distinguir un hombre corpulento y vestido con un uniforme completamente negro.
—Vea, creo que ya encontré a alguien. —La bogotana entornó sus ojos y se encaminó hacia el hombre—. Camine.
Tomó con fuerza la muñeca de la castaña antes de acelerar el paso. Una vez llegaron hasta el guardia de seguridad, quien las reconoció de inmediato, entablaron una amena conversación y se tomaron fotos en tanto daban la autorización para poderlas ingresar al backstage. Con amabilidad, el dichoso hombre las guió por el lugar para que las colombianas no perdieran entre las personas, no obstante, los pasos de Aldana se vieron frenados de forma súbita cuando escuchó como alguien llamaba su nombre a lo lejos. Isabella, quien iba detrás suyo chocó automáticamente con su espalda.
