˚༺ 𝓝𝓐𝓓𝓐 𝓜𝓐𝓢 | 𝒜 𝑅𝒾𝒸𝒽𝒶𝓇𝒹 𝑅𝒾𝑜𝓈'𝓈 𝐹𝒶𝓃𝒻𝒾𝓃𝒸𝓉𝒾𝑜𝓃 ༻˚
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En un mundo de farándula y chismes mantener una relación estable no es para débiles.
Aldana nunca pensó que enamorarse de uno de los jugadores de fútb...
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BRASIL, MAYO 2023.
—Entonces, mamacita... —susurró el moreno cerca de su oído. Su voz gruesa hizo que la piel bronceada de la castaña se erizara. Aldana no hizo más que retorcerse sobre su lugar en la cama para poder mirarlo a los ojos y hacerle una seña para que él siguiera hablando—. ¿Si me va a acompañar al partido de hoy o me dejará con las ganas de verla otra vez en la tribuna?
La castaña soltó una pequeña risa ante la propuesta de Richard, quien había quedado embobado al verla sonreír, una vez más, en sus brazos.
—No lo sé —respondió ella, encogiéndose de hombros—, ¿le gustaría tenerme ahí otra vez?
Richard chasqueó la lengua y negó divertido con su cabeza.
—Eavemaría, ¿Qué clase de pregunta es esa? —Su acento marcado haciendo presencia, derritiendo de inmediato a Aldana, quien podría escucharlo hablar un día completo para poder deleitarse con ese acento antioqueño—. Pues obvio. Así me motivo para hacer un gol y de paso dedicárselo.
Aldana levantó las cejas en su dirección y sus finos labios se apretaron en una sonrisa torcida.
—Richard, no sea bobo —carcajeó antes de cambiar su posición para poder sentarse. La figura de la castaña se levantó por sobre la de él, dejando a la vista su espalda adornada con un tatuaje de dragón a color sobre su columna. Aldana empuñó sus manos alrededor de las cobijas y las apretó contra su pecho para evitar mostrar de más, como si no hubiera estado expuesta a él antes—. Usted y yo apenas nos conocemos como para que ponga con esas cosas.
—Pero no me hace falta conocerla de años para querer lucirme delante suyo.
Richard no desaprovechó la oportunidad y recorrió con devoción cada centímetro de su cuerpo, dejando que sus manos actuaran por sí solas y así contornear el tatuaje de la muchacha con la yema de sus dedos. Ante los ojos del moreno, Aldana lucía preciosa; con sus mechones castaños alborotados, el maquillaje un poco corrido y mejillas sonrojadas: la imagen perfecta después de una noche de pasión.
