DESESPERADO

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Carlos le daba un ligero panorama sobre su vida, Charles escuchaba con atención y nerviosismo.

—Mi padre, Carlos, sigue vivo; mi madre biológica nos abandonó, después mi padre se volvió a casar con otra mujer; ésta tenía un hijo dos años menor que yo; Sergio y crecimos juntos —repasaba los detalles de su vida sin detenerse mucho, solo lo recitaba como un monólogo —Sergio está casado con Max y adoptaron a Pato.

Charles lo veía hablar de ello sin mayor cuidado, solo soltaba datos sobre su familia de manera tan sobria que le parecía casi insensible, lo que esperaba de su familia era un montón de hombres de hielo, personas sin sentimientos o limitados.

—Hay que apegarnos a la historia de cómo coincidimos esta mañana —seguía hablando —chocamos, derramaste tu café sobre mi, te grité y después volvimos a coincidir; a partir de ahí comenzamos a salir.

—¿C-cuánto tiempo llevamos saliendo?

—Dos meses —sentenció seguro —en dos días serían ya dos meses, por lo que tendremos una salida especial que será la firma y lectura del contrato.

—Entendido —asintió —m-me gustaría tener una lista de aquellas c-cosas que te gustan p-para saber sobre ti y no e-estarte preguntando.

—La adjuntaré al contrato —abrió la puerta de la sala de descanso —cuando regreses el contrato con tus sugerencias, adjunta igual una lista para revisarla.

Charles asintió y comenzaron a caminar por el pasillo, algunos residentes los veían confundidos pues en teoría Carlos no debía estar en esa parte del hospital, sin embargo, sabía que la gente supondría cosas y sus caras asombradas eran el claro ejemplo de ello.

—Ahí vienen —le susurró Carlos a un costado.

Charles vio a lo lejos a un hombre ya entrado en años, por supuesto que era el padre de Carlos si eran prácticamente idénticos, el problema fue cuando vio quienes lo acompañaban, suponía que el rubio era Max, pero su sonrisa se borró en el momento en el que vio esas características pecas.

—Mierda —susurró.

—¿Qué pasa?

Charles no le contestó pues estaban a un par de pasos de los tres hombres.

—Carlos ¿Cómo está Pato?

—Él se los explicará —sintió la mano de Carlos envolverlo por la cintura, casi pegó un salto de la impresión —Papá, Sergio, Max; él es Charles, el doctor de Pato.

Rogaba internamente que Sergio no lo reconociese, pues sería abrir su pasado nuevamente y no estaba listo para eso.

Charles extendió la mano con una sonrisa estrechándola primero con Carlos padre, después Max y al final Sergio.

—¿Charles? —cuestionó Sergio con una sonrisa —Soy yo, Sergio Perez.

Mierda.

—¿Se conocen? —cuestionó Carlos con una sonrisa fingida.

—Del instituto, sin duda Charles sabía hacer las mejores fiestas —carcajeó, Charles solo quería que la tierra lo tragase y lo escupiese en otro lugar —¿Qué haces siendo doctor?

—Y-yo... E...

—¿Por qué no les cuentas sobre Pato, Amor?

—¿Amor? —exclamaron los tres hombres al unísono.

—Tú debes ser la pareja de Carlos —su padre se acercó con una sonrisa, si bien ya lo había saludado, esta vez lo abrazó —Carlos nos ha hablado bastante de ti.

DISARTRIA | CHARLOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora