Final

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El rubio suspiro por quinta vez en la tarde, intentando arreglar por tercera vez en el día la cocina, hecha un desastre de harina y ollas por doquier.

Extrañaba aquel departamento.

Ahora tenían una casa lo suficientemente grande para él, su esposo, el gigante de Bam y…

- ¡Papá mira!- Jeongin dirigió su mirada a la pequeña Sulli de tres años y medio, junto a ella vio a Kkami con dos lazos en sus orejas y el pelaje cubierto de harina de trigo.

Según porque quería “pintarlo de Olaf”

Olaf su culo.

Aun así sonrió forzadamente y se acercó a su hija.

- Mi amor- empezó a quitar los lazos de las orejas de Kkami
- No le coloques pinzas a Kkami en las orejas, lo lastimas, cielo -

-¡Te lo dije tonta!- la voz de su otra hija Sunni llegó a sus oídos.

Otra vez iban a discutir, como todos los días...

- ¡No soy tonta! ¡Tú eres tonta! -

El rubio rodó sus ojos e intento sacar la harina de kkami, sacudiéndolo.

- ¡Kkami es niño! -

- ¡No, es una niña! -

- ¡Basta, ya cállense y vayan a ver si la gallina puso! -

Ambas gemelas voltearon a verlo, Sunni se cruzó de brazos alzando una ceja.

- No tenemos gallinas ,papá-

¡Santo Dios! Como pudo meter sus espermas en un vientre alquilado.

Ahora tenía a dos demonias parecidas a él, en todo los aspectos, rondando de aquí para allá, estaba a un paso de la locura.

Y peor aún cuando venía un tercer niño en camino.

Está vez con los genes de Hyunjin.

¿Quién le dijo que tener hijos era una buena idea?

- ¿Volviendo loco a papá, niñas?- ambas giraron sobre sus talones para correr eufóricas a los brazos de su padre.

Por fin el rubio podía respirar con tranquilidad.

Mientras escuchaba como ambas niñas hablaban al mismo tiempo intentando relatar cómo estuvo el día de ambas.

El mojo un paño de cocina y se acercó a Kkami nuevamente.

- Lo siento amigo, déjame limpiarte- así  Jeongin empezó a limpiar el pelaje negro bañado de harina de su mascota, pobre Kkami siempre pagaba las travesuras de sus hijas.

Se levantó cuando miro a Kkami más limpio y beso su cabeza para dejarlo ir a saludar a Hyunjin.

Porque sabía que Kkami quería mucho a su otro dueño.

El suspiro y empezó a limpiar las encimeras llenas de harina y recoger las ollas esparcidas por todo el suelo de madera.

Estaba cansado sí, pero era su día a día, a pesar de que se quejaba como cualquier padre, él estaba feliz de sus gemelas e incluso del próximo bebé que tendrían.

Y sería el último.

Suhoo, sería su último bebé o quedaría internado en un manicomio.

Los brazos fuertes y tatuados de su esposo lo envolvieron en un abrazo reconfortante, sus labios besaron su nuca y su caliente respiración se sintió en la curvatura de su cuello.

-Hola precioso ¿Cómo estás? -

Jeongin rio como todo un pillo enamorado, porque lo era, a pesar del tiempo seguía enamorado de su lindo ahora esposo.

Pero esa es otra historia.

Porque ahora se sentían más felices y completos que nunca, cansados, pero felices.

- Te ves cansado ¿Qué tal si yo termino esto, les doy de comer a las nenas, les doy un baño, las mando a dormir y luego voy a darte un masaje?-

Jeongin gimió con placer, Hyunjin era todo lo que estaba bien en esta vida para él.

-¿No crees que es demasiado? -

- Tú haces demasiado por mantener a mis hijas sanas y salvas, es lo menos que puedo hacer por ti mi vida, ve a dormir un poco, yo me encargo-

El rubio asintió y lavo sus manos para voltearse y darle un cálido abrazo a su esposo.

- Te amo Hyunjin…-

Los fuertes brazos del mayor lo apretaron con fuerza.

- Yo te amo a ti cielo -

Ambos se sonrieron sumergidos en una burbuja, fundiéndose en un beso calmado, pero lleno de tanto amor.

Pero olvidaron un detalle.

- Quiero mi leche- Jeongin suspiro y miro a Sunni cruzada de brazos en la entrada de la cocina.

- Quiero la mía de banana -

-La de fresa sabe mejor -

- ¡Qué cochina! -

- ¡Tú eres la cochina! -

Jeongin sonrió y volteó a ver a su esposo.

- Ahí te dejo a las demonias que tienes por hijas- beso sus labios rápidamente antes de darle unas palmadas en el hombro y salir de la cocina, escuchando a sus niñas discutir sin parar.

El sueño había sido muy reparador y placentero, pero lo más placentero era sentir las manos de su esposo sobre su piel, dándole leves masajes.

A pesar de que había dormido un poco y se sentía con energías, no podía dejar de disfrutar las caricias y como sus músculos reaccionaban a dicha acción.

- Hmmm-

-¿Te gusta?-

- Mucho-

-¿Quieres que use aceite y te desnude completamente?-

Jeongin sabía exactamente que quería su esposo, porque podía sentir su miembro duro encima de su ropa, es que el mayor ni siquiera podía poner sus manos en la piel del rubio sin sentir como se empalmaba.

Reacciones normales de un hombre enamorado.

- ¿Qué quieres a cambio?-

El mayor rio, Jeongin lo conocía tan bien.

- Solo quiero que te relajes mientras te hago un masaje aceitoso…-

- ¿Y luego? -

- Me dejes hundirme en ti, profundo y suave -

El menor gimió ante la idea, no sonaba nada mal, entonces asintió escuchando la risa ronca de su esposo.

Sintió como el mayor se retiró de su cuerpo y suspiro.

No sé cansaría de esto jamás.

Tan pronto como volvió a sentirlo encima de él, saco la cara de la almohada, permitiendo que el mayor ajustará la máscara en su cara, viendo como acomodaba una cámara en la mesa de noche, y otra reposaba en la cama, con la que grabaría más de cerca, cuando lo estuviera follando.

- Bien mi Innie, es hora-

El menor sonrió viendo como su esposo se acercaba a la cámara, y la luz roja empezará a titilar.

¡Que comience el video!

FIN.....

Si llegaste hasta aquí, te agradezco mucho por tomarte el tiempo de leer.
Aún se vienen 3 historias más de la misma autora, que sé que les gustará mucho.

Gracias por todo 🖤

OnlyFans +18.     (Adaptación Hyunin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora