Flowers from 1970 | Luckity version

capitulo 10

Por lo general, cuando Luzu esperaba a que Quackity lo llamara, se ocupaba de su trabajo. Sin embargo, hoy había terminado temprano, así que no tenía nada que hacer y ninguna llamada que esperar, ya que Quackity iba a ir a casa de su hermana por un tiempo y dejaría el teléfono en casa.

Se sentó en el silencio de su habitación por un rato antes de decidir qué pasaría el tiempo afuera. No había salido a caminar por un tiempo, así que decidió que sería mejor, y también porque sabía que Quackity se enojaría con él por no usar su día libre sabiamente.

Se puso una sudadera con capucha, guardó su celular en su bolsillo y bajo las escaleras con dificultad, saliendo a su porche.

Comprobó las flores y, como esperaba, todavía no había crecido nada.

Era la parte aterradora de cultivar flores, al principio no sabías si algo estaba pasando todavía.

Decidió que iría al parque. Trajo un pequeño cuaderno y un lápiz para dibujar lo que le rodeaba, como solía hacer con su madre cuando era joven. Vio el columpio y encontró un banco cerca. Se sentó, suspiró y comenzó a marcar líneas en su cuaderno.

— No, Juana, te dije que no fueras mala y no me escuchaste.

Luzu escuchó decir a una mujer. Se dió la vuelta y vio a Mariana regañando a Juana que parecía gruñona.

— ¡Pero yo quiero un helado como Brad! No es justo — lloró, pero su mamá no cesaba.

Mariana la señaló con el dedo — Te lo dije un millón de veces. ¡No seas mala con los niños! ¿Y qué haces? Llamas a Carlos "Chayanne" hasta que él lloró.

La boca de Juana se abrió de par en par — A ÉL LE GUSTA QUE LO LLAMEN ASÍ. ¡ES SU APODO, MAMÁ!

— Bien, entonces — dijo Mariana — si eso no lo hizo llorar ¿Qué lo hizo?

Juana bajó la cabeza en señal de derrota — Lo perseguí con un palo y le dije que si me acercaba lo suficiente lo empujaría.

Mariana se quejó — Juana, no puedes andar haciendo eso.

— Él se lo me-...

— ¿Se lo merece? — Mariana terminó.

— Si. Esa palabra.

— ¿Por qué se lo merece? — Mariana trató de comprender a su hija.

Juana agitó las manos — ¡Es un niño!

Mariana suspiró y se alejó. Vio a Luzu en el banco y saludó — ¡Oh, hola! ¿Hablaste con mi esposo el otro día, creo?

Luzu asintió — Charlie. Si — él le sonrió y luego hizo un gesto hacia Juana, quién tenía los brazos cruzados y ensanchaba la nariz cuando lo miraba.

— Así que esta niña sigue teniendo problemas, ya veo — Charlie caminaba con Bobby hacia ellos ahora.

Bobby miró a Juana — ¡Aquí, Juana, podemos dividirlo! — Juana estaba tratando de fingir estar enojada, pero finalmente cedió cuando Bobby le dió un poco de su helado.

Los ojos de Charlie miraron a Mariana y Luzu hablando — ¡Luzu! — él exclamó — es un placer verte aquí.

— Hola Charlie — saludó — ¿Cómo fue el encuentro con tu padre?

Charlie pensó por un segundo — Muy extraño. Se niega constantemente a volver a casa aquí, pero de repente recibimos una llamada que dice que está en un vuelo a Florida y que preparamos la habitación de invitados.

Luzu se rió entre dientes — ¿Pero la cena ha ido bien?

Charlie asintió con la cabeza — Yo diría que si. Juana era un poco tímida y estaba cansada de él al principio, pero se entusiasmó con él cuando la protegió del tío Techno.