Mientras el mundo mágico entraba en su etapa más oscura la mayoría de magos y brujas comenzaron a tomar bandos.
Algunos de ellos uniéndose a un grupo que se auto denominó "La Orden del Fénix" y otros tantos comenzaron a formar parte del ejército que...
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•~Estoy acá por tí, hermanos hasta el final, ¿Lo olvidas?~•
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Narrador Omnisciente.
04 de septiembre de 1972.
Hogwarts.
Ya era día lunes por la mañana, primer día de clases para aquel curso del setenta y dos, y un grupo específico de Slytherin caminaba hacia el gran comedor, los murmullos no habían parado ya que a pesar de que Albus Dumbledore junto con Horace Slughorn había prometido arreglar el inconveniente con los dormitorios aquello aún seguía sin tener alguna respuesta positiva con respecto al incidente de tener a alguien de segundo año compartiendo habitación con alguien de primer ingreso. Snape seguía compartiendo habitación con el pequeño Black y por como parecían ir las cosas dudaba mucho que dejará de compartir habitación con Regulus en un futuro cercano.
Mientras el grupo de alumnos continuaba caminando Regulus no había parado de hablar, al parecer más emocionado de lo que quisiera demostrar frente al resto, pero allí estaba, hablando hasta por los codos y siendo acompañado por alumnos de un año superior al suyo que lo veían como “el hijo” del grupo.
—Ya niño, cálmate, mientras más expectativas tengas más probable es que la pases mal y que te termines decepcionado de este viejo castillo —Bruce le revolvió el cabello un poco de manera juguetona mientras continuaban caminando.
—¿Te aprendiste los pasillos que debes tomar para tus clases y en dónde quedan exactamente? —Snape le dedicó una mirada severa y Regulus simplemente asintió ignorando por completo aquella mirada aparentemente negativa en el rostro del chico.
Regulus podía estar casi cien por ciento seguro de que realmente Severus solo estaba preocupado por él, había visto cómo podía ser Sirius cuando estaba molesto y posiblemente temía por su bienestar, al menos eso era lo que se obligaba a creer antes de pensar que se debía solamente a su presencia.
