la caída

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La cabaña, una vez refugio de investigación y conocimiento, se había convertido en una prisión emocional para Stanford.

El control de Bill sobre él era absoluto. Su cordura se desvanecía lentamente, pero cada vez que Ford pensaba en escapar, Bill aparecía, ofreciendo consuelo en un abrazo fantasmal o regalándole caricias, besos y palabras dulces que calmaban su mente, aunque solo fuera temporalmente.

-Ford, no necesitas a nadie más- le decía Bill, mientras se enroscaba alrededor de su mente como una serpiente.

-Solo a mí. Yo soy todo lo que tienes, y todo lo que necesitas.

Al final, Stanford se dio cuenta de que estaba atrapado en un ciclo interminable. Su relación con Bill lo había consumido por completo. Sabía que no había futuro, pero no podía dejarlo ir.

Estaba perdido en un amor tan profundo como oscuro, un amor que lo destruiría.

Círculo de fuego | BillFordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora