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–¿Estás cuidando flores?– pregunto con molestia clara en su voz Aspros. –Pense que nunca te gustó cuidar plantas.

Kardia lo miro sin expresión alguna durante unos segundos más, hasta que giro de nuevo para comenzar a hacer el desayuno.

–Un amigo me las dio. Solo estoy intentandolo por diversión.– respondió mientras comenzaba a sacar los ingredientes para el pastitso.

–¿Qué amigo?, ¿De dónde es?, ¿Lo conozco?– Comenzó a bombardear lo contrario preguntas celosas... Posesivas. –¿Él te dio esas flores para que las cuides por diversión?

Kardia no contesto, lo estaba ignorando. Ya estaba acostumbrado a ese tipo de preguntas por parte de su pareja, nada que no debería de tenerlo sorprendido. Estaba sacando algo de carne cuando una mano lo tomo bruscamente de la muñeca y lo hizo girar a verlo, soltando la comida por la sorpresa.

–¡Kardia Scorpios!

–Oh... Tú puedes salir a divertirte y mostrarte ante los demás ¿Y yo no puedo tener amigos?

–¿Qué mierda intentas decir con eso?– levantó la voz sin soltar su agarre, estaba furioso. –Mientras estoy afuera, trabajando hasta el hueso para proveerte, ¿Tú estás en casa pensando estupideces como está?

Kardia sonrió con burla y desafío en su ojos. –¿En verdad crees que te necesito para tener dinero? Soy dueño del 30% de la empresa, ¿No es eso suficiente para mis gastos diarios?– sin despegar su mirada de los ojos contrarios continuo atacando –Esta casa está a nombre de ambos. No actúes como si fueras mi Sugar Daddy. Aspros Gemeos, ¿Estás loco?

–... ¿No estás asustado de que te investigue?– le pregunta sin despegar su mirada, su agarre se va aflojando hasta que por fin lo suelta. –¡Quién sabe si ya tienes a alguien más!, ¡Ni siquiera me dejas tocarte! Esa maldita planta es suficiente para hacer un pago inicial para una casa.

"¿Es así de costosa?..."

Si no estás dispuesto a regresar a casa, ¡entonces vete! No me importa lo que hagas. ¡Déjame sólo!

Aspros se mordió los labios y algo que nunca pensó hacer se vio. Su pareja le levantó la mano, más no lo golpeó, Kardia estaba sorprendido, en todo su tiempo juntos Aspros nunca le había intentado hacer algo que él no quería o golpeado. ¿Qué le pasó a su amor?

–¿Vas a pegarme?– sentía los ojos arder, sabiendo que no tardaría en llorar.

Aspros no hizo ningún movimiento ante la pregunta, bajo la cabeza y dio media vuelta, Kardia lo mío irse hasta que escucho como la puerta se abría, para luego cerrarse abruptamente.

★†★

Llegó al consultorio y tocó la puerta suavemente, sosteniendo en sus manos una cajita, hasta que se escuchó la voz de el doctor de ojos violetas.

–Por favor, entre.

–Doctor Degel.– Dijo a modo de saludo entrando a dónde estaba el mencionado.

–¿Vino para recoger la medicina en día tan frío?– pregunta mientras vertía agua en un vaso y se lo daba. –Aquí tiene, tome un poco de agua.

–Gracias.– agradeció mientras sacaba la planta de la caja y lo miraba con una sonrisa. –Tambien bien para devolverle su "casa" a usted.

–Es solo una planta. Si le incómoda por cuan delicada es busque un día, trataré algunas plantas que son fáciles de cuidar de mi papá para usted.

Kardia tomaba el agua dada, pensando.

–Hoy temprano vomité un poco de sangre.– Soltó dejando el vaso en la mesa. –Es diferente a cuando era más joven, en donde vomitaba por tomar tanto alcohol que mi estómago sangraba, hoy, mientras vomitaba... Se sentía como si estuviera vomitando lo que me resta de tiempo...

–Kardia, yo ya te aconseje que iniciarás pronto con.. el tratamiento... ¿No tienes solo 22 años? Aún eres muy joven.– A pesar de querer mostrarse neutral y amable, como un doctor a su paciente, se notaba la preocupación en sus ojos. –Tampoco parece que te faltará dinero, ¿Por qué te torturas de esa manera?

–Lo volveré a pensar. ¿La medicina está lista? No me siento bien...

–¡Si usted aún no accede a los tratamientos adecuados, dejaré de suministrarle medicinas!– le dijo, ya algo cansado de escuchar la misma respuesta. –¡Lo estoy tratando de ayudar preguntando por todas partes por un transplante de corazón, pero si no empieza a valorarse a sí mismo, nadie será capaz de ayudarlo!

Kardia en lugar de sorprenderse ante el pequeño ataque de su doctor solo sonrió con calma y sarcasmo.

–Si cada doctor fuera como usted, yo creo que habría menos conflictos de paciente-doctor.

Degel lo miro un tiempo hasta que soltó un suspiro dando media vuelta mientras a quitaba la bata blanca.

–Muy bien, no es necesario que me ponga etiquetas.– dejo la bata sobre un perchero y se ponía su propio saco encima. –Yo descanso durante el turno de la tarde, déjame acompañarte a recoger tu medicina. Después de recogerlas, te llevaré a casa. No es fácil conseguir un taxi a esta hora del día.– Dicho esto lo miro con una sonrisa.






















Continuará...

Nota:Mañana subiré otro cap y actualizaré "Milo el curioso" hoy anduve ocupado pero ya vamos avanzando, ¡los quiero!

Los 10 años en que más te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora