El elevador llegó al piso que se le había asignado, piso número 15. Con el sonido de una campana las puertas se abrieron, el hombre dentro de estás salió a paso fuerte y apresurado, sus pasos se escuchaban en aquel pasillo mientras se dirigía a la puerta de su departamento, abriéndola con fuerza y entrando al interior.
-¡Kardia!– grito el nombre de su esposo mientras entraba a él departamento, encontrando a su pareja en la sala acomodando su saco. –¿Quién es la persona que te trajo?
–Es un amigo– respondió con un suspiro mientras se agarraba la cabeza.
–¿El mismo que te regalo las flores?– pregunto con expresión sería, su ceño fruncido continuaba en su rostro. –¿Dónde lo conociste? Presentamelo.
–Es el doctor, yo fui por una receta.
–¿Doctor?... ¿Este doctor regala flores de diez mil y además tierra carro del año?– continúa con el interrogatorio mientras se cruza de brazos. –Entonces te pregunto, ¿Dónde están las medicinas?
Kardia sintió su corazón doler, no por su enfermedad, era un dolor que llevaba tiempo sintiendo, como si alguien estuviera apretando su corazón, queriendo quebrarlo...
No pregunta "¿Estás enfermo?"
No pregunta "¿Hace cuánto que estás enfermo?"
No dice "Tan grave es tu enfermedad que vas seguido al hospital que incluso eres conocido de el doctor"...
En cambio pregunta "¿Dónde están las medicinas?"
–Seguro las olvide en el carro.– Se excuso, lo cierto era que por la prisa de intentar detener a Degel de traerlo a casa había olvidado pedirlas. –No te preocupes, el doctor es muy bueno, joven, adinerado y muy detallista, solo que este... No es bueno...– Levantó la vista, mirando de frente a Aspros. –Yo no me relaciono con personas como él.
–Esta bien, Kardia... ¿Hace cuánto que no regreso a casa que te has sentido solo y volviendo un desvergonzado?– Pregunto mientras su mirada se oscurecía –Antes, ¿Cómo...?
–Antes ni siquiera te aparecías, ¿Qué? ¿Tienes miedo?...
La habitación quedó en silencio, luego de la bofetada que Aspros le había dado a Kardia mirándolo con enojo, Kardia sentía como la mejilla comenzaba a arder pero el dolor en su corazón crecía, en cualquier momento explotaría. En los diez años que llevaban juntos Aspros nunca le había maltratado de forma física. Llevo su mano a la zona golpeada, Aspros parecía sorprendido pero solo se rasco la cabeza mientras se hacia el desentendido.
–No por culpa de terceros te molestes conmigo.– Dijo con aburrimiento acomodando su cabello. –Esta amigo tuyo, de seguro no es bueno, ya no te juntes con él.
Kardia soltó un suspiro, una sonrisa retadora se dibujo en su rostro mientras apartaba su mano de la mejilla lastimada.
–Tu tampoco eres buena persona, entonces nosotros deberíamos separarnos.– Su sonrisa y mirada eran retadoras, algo que Aspros no veía desde la secundaria, sintiendo un escalofrío. –Cuando comencé contigo, sabía que no tenías mucho dinero así que trabajaba mucho y también sufría mucho, pero lo acepte... Fueron siete años llenos de felicidad, nunca imaginé que al llegar a los diez años me engañarías...– Apretó los puños, sintiendo que se encajaría las uñas en las palmas de las manos. –Una persona cambia porque quiere. Deberíamos separarnos por un tiempo, yo tampoco quiero quedarme en este viejo departamento.
Aspros se sorprendió ante lo dicho, la sonrisa de Kardia continuaba en su rostro pero su mirada demostraba algo que no lograba descifrar... Se acercó tomándolo con toda la suavidad que su enojo que amenazaba por salir de nuevo le permitía.
–No hay que separarnos, solo hay que darnos tiempo.– Sentía como el nerviosismo crecía dentro de él. –Kardia, no era mi intención pegarte. Tú sabes cómo es mi caracter y me haces enojar...
"Basta de excusas..."
–Separemonos.– Separó sus manos de sus hombros mientras fruncía el ceño.
–... No bromees.
–Hablo en serio, Aspros. Yo siempre me tengo que adaptar a tí, tú sabes que yo también tengo un carácter fuerte.
Aspros sintió como explotó, lo tomo de la muñeca apretándolo en el proceso, para sorpresa de Kardia era jalado hacia la puerta de el departamento.
–¡No me jodas, Kardia!
Lo arrastró hacia afuera, en cuanto la puerta se abrió Aspros aventó a Kardia fuera con fuerza, alzando la voz.
–¡Ya lárgate de una vez!
La puerta cerrando detrás de él fue lo que le confirmo que ya estaba claro las cosas, su faceta dura y desinteresada desapareció, saco su celular, busco el contacto que necesitaba en ese momento y mando el mensaje que debió haber mandado hace tiempo.
>"Degel, programa mi terapia."
Continuará...
Nota: Funen a Aspros.
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Los 10 años en que más te ame
Fanfic¿Alguna vez has escuchado la frase "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde"?... Aspros x Kardia Degel x Kardia