Nunca ne había planteado la idea de enamorarme de una chica pero no se en que momento de mi adolescencia cambió mi forma de pensar, causó algo dentro de mi que hacía que me emocionara con tan solo verla o escucharla.
Durante mi niñez viví en el campo, asislada de la gran ciudad, además era extraño que personas pasarán caminando cerca de mi casa, hasta que un día que el clima estaba nublado pero no hacía tanto frío cuando mis padres me mandaron a recoger unos frutos qué se encontraban cerca, en un momento escuché un estruendo muy fuerte y me diriji a ver que era lo que estaba pasando.
Flashback
-Estas bien? -pregunte a una chica que estaba practicando algunos golpes contra unos sacos qué colgaban de un árbol-
-Siempre estoy bien pero necesito mejorar todo de mi para que ne sienta mejor -dijo con un tono muy energético y con una gran sonrisa que si se pudiera brillaría como el mismo sol- disculpa si he hecho demasiado ruido, mi nombre es Mereoleona
-con una sonrisa le devolví el saludo- un gusto, soy ______
Fin del flashback
Después de habernos conocido nos hicimos buenas amigas, hubo un pequeño tiempo que nos distanciamos por las reglas entre noble y plebeyo, aunque a Mereoleona no le importo, gracias a ella me esforcé en sacar el provecho de mi poder para ayudar a las personas que en algún momento un criminal ha profanado sus pertenencias o cualquier acto prohibido en el reino.
Suena muy cursi pero su presencia me hace sentir segura, tal vez sea por su grandiosa fuerza descomunal, incluso la confianza que me ha brindado desde que nos conocimos.
Estaba tan metida en mis pensamientos que casi se me olvida que Mereoleona nos llevó a la playa y no justamente a disfrutar sino a investigar a personas que no eran reconocidas como parte del reino y se cree que son infiltrados del reino del diamante.
- Qué tanto piensas ____? -preguntó Mereoleona detrás mio-
-Si en verdad es un infiltrado, qué es lo que busca? Hay una mazmorra cerca? -me levante de la silla para ver de frente a Mereoleona-
-Hace unos meses los toros negros la investigaron pero no se sabe si hay otra cerca -ella acerco su mano a mi frente- estas roja, te sientes bien?
-trató de evitar la mirada de Mereoleona- Estoy bien, no te preocupes- tratando de evitar su mirada preocupada, respondí con una sonrisa forzada. - Estoy bien, no te preocupes.
A medida que avanzábamos en nuestra investigación, el aire fresco del mar y el sonido de las olas rompían el silencio de nuestro trabajo. Sin embargo, mi mente seguía atrapada en los pensamientos sobre Mereoleona. Cada momento con ella se sentía especial, y no podía evitar la sensación de que había algo más entre nosotras que simplemente amistad.
La tarde se desvaneció, y comenzamos a preparar nuestro regreso. A pesar de la aparente calma en la playa, sabía que la verdadera tarea estaba lejos de terminar. Nos dirigimos de regreso a nuestra base, pero mi mente seguía revuelta. La forma en que Mereoleona me miraba, cómo se preocupaba por mí, todo eso me hacía cuestionar mis propios sentimientos y si es que ella los correspondía.
Cuando llegamos, nos dirigimos a nuestro pequeño campamento. Mientras organizábamos nuestras cosas, Mereoleona se acercó a mí con una expresión seria pero suave.
-¿Estás segura de que estás bien? - preguntó de nuevo, su voz llena de preocupación sincera.-
Sus palabras me hicieron dudar por un momento. La verdad era que, más allá de la misión, mis pensamientos giraban en torno a ella. Cada vez que estaba cerca, sentía un cosquilleo en el estómago, una emoción que no podía ignorar, parecía una adolescente con su primer amor, sin saber que hacer o como reaccionar.
En realidad, no estoy tan segura - admití, con una mezcla de vergüenza y determinación. - Hay algo que necesito decirte, Mereoleona.
Ella me miró con una mezcla de sorpresa y expectativa, su mirada fija en mí, casi como si pudiera leer mis pensamientos. Por un momento dudé de lo que estaba apunto de decir pero no podía ocultarlo por más tiempo.
-Desde que te conocí, he sentido algo muy fuerte. No sé cómo describirlo, pero cada momento contigo ha sido especial para mí - continué, sintiendo entre vergüenza y miedo-
Mereoleona no dijo nada al principio. En lugar de eso, su expresión se suavizó y una sonrisa deslumbrante aparecióen su rostro. La distancia entre nosotras parecía desvanecerse cuando ella se acercó rápidamente.
Yo también he sentido lo mismo, no sabia que era mutuo, me alegra que así fuera - confesó, su voz transmitia la seguridad que es tan característica de ella . - Pero no sabía cómo decirlo. Tal vez estamos buscando respuestas en los lugares equivocados, cuando lo que realmente necesitamos somos nosotras.
El aire a nuestro alrededor se llenó de una nueva energía. Mientras nos mirábamos, comprendí que lo que había entre nosotras no era solo amistad. Era algo más profundo, más significativo. En ese momento, nuestras manos se encontraron y nuestras sonrisas se hicieron más amplias, mientras que nos juntábamos en un beso que parecía que soltaba chispas de la magia y conexión qué había entre nosotras.
Aunque la misión continuaba y las incertidumbres persistían, algo en nuestros corazones se había resuelto. En medio de la brisa marina y el sonido de las olas, nos dimos cuenta de que lo que realmente importaba era el vínculo que compartíamos, un amor que había florecido en medio de nuestras aventuras y desafíos.
El sol se escondía en el horizonte, y la playa parecía abrazarnos con una calidez inesperada. Con Mereoleona a mi lado, sentí que cualquier desafío era más fácil de enfrentar, y cualquier miedo se desvanecía ante la fuerza de nuestro amor recién descubierto.
Así, mientras el cielo se llenaba de estrellas, supimos que, independientemente de lo que el futuro nos deparara, nos teniamos a nosotras. Y en ese simple hecho, encontré una paz que nunca había conocido antes.
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