Bullying y Amor

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Para todas las niñas

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Para todas las niñas. Merecíamos un buen trato.

Ayer al llegar a casa decidí no contar que unas niñas de mi salón llamada Johana y Yenyi me habían golpeado. No sé porque quizás estaba demasiado ocupada tal vez en ser feliz. Por otra parte algo me decía que debi haber dicho algo por lo menos a la profesora Sierra. Es joven tiene treinta años cabello lacio morena y ojos negros inspiraba confianza a pesar de ser tan estricta. Es decir si le echo agua a un niño por quedarse dormido en la clase a Jonathan, ¿Qué le haría si fuera capaz de enterarse de que me golpearon dos compañeras?

Solo mi mamá me pregunto si me fue bien en la escuela al menos en el club de baile en el que invertía más tiempo en vez de llegar temprano a casa a estudiar matemáticas y inglés. En cambio solo dije lo de siempre: jugué con mi mejor amiga Natalia. Por lo que lo pensé debí decirle a mi mejor amiga aunque esta dos grados atrasada ella debería saber que otras niñas me golpearan estaba mal. Por ende comí mi comida del día un guiso de verduras con ñame pana guineo patitas de cerdo y jamón y lo único que hice fue ver la película de Barnie y en el espacio.

     Dicen que cuando un niño sufre bullying al menos en la escuela supe que puede caer en depresión y dejar de hacer cosas que le gustaban pero ¿Me daría cuenta de que yo cambié? De nuevo deje la película avanzando recostándome de lado en mi cama con mi pijama violeta de rapunzel apoyándome en mis manos pensando en si podré ocultar que dos niñas me golpearon quizás no pase nada peor y lo olvidaré. Pero si hice algo diferente dejé mi muñeca de sirena y a su delfín rosado. Siempre la dejaba en forma de Sirena pero esta vez volví a convertir su cola en su chapuza rosa y azul.

      —¿Por qué no trajiste tu muñeca?—Me regaño Natalia un poco decepcionada colocando sus dos maños en la cintura.—Hice que mi mamá nos comprara la muñeca de Ariel y Flaunder para yo jugar contigo. Por suerte me compro dos.

    Natalia abrió su mochila sacando dos Ariel una en su caja con Sebastián y una suelta con flounder. Después de todo supe que la de Sebastián era para mi porque Natalia sabía que me gustaba Sebastián. A la inversa a ella Flounder porque decía que Sebastián era gruñón y aburrido.

     —Johana y Yenyi.—Me prepare mentalmente para confesar.—Me golpearon ayer después de la clase de inglés.

     Al principio no lo capto porque estaba muy contenta sacando las muñecas y enseñándomelas con su sonrisa que ahora resalta más porque se la cayó un diente. Hasta que se le borró la sonrisa y su cabello castaño claro se oscureció y se acercó a mi para sentarnos en el banco de la entrada frente a las rejas y la vigía  donde estaba cerca la oficina. Yo no me había quitado mi mochila de la espalda la de Natalia es de rueditas.

      —¿Se lo dijiste a la profesora?.—Me pregunto como es lo más lógico hacer primero.

     —No lo hice.—Admití con vergüenza.—¿Piensas que debí hacerlo?

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