Capitulo 15.

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Colapso.

Estaba aquí de nuevo. Otra vez en el inicio después de tanto, otra vez aquí en medio de este colapso.

Mi vista estaba cansada y nublosa. Me sentía cansada, sentía dolor.

No sabía cuánto tiempo tenía así solo sabía que ya estaba cansada; mi pecho se comprimió en un pequeño dolor junto a una punzada en mis costillas al tomar aire.

La cabeza me pedía auxilio, me palpitaba y cada pequeño fragmento de mí me pedía que parara; con dolor me acomode, tomando un poco de aire permitiendo llenar mis pulmones, algo cansada trate de ponerme en pie y falle en el intento. Con ambas palmas de las manos me cubrí la cara y suavemente limpié mis lágrimas.

Sin poder evitarlo, un sollozo salió de mis labios, llenando mis pulmones de aire de un modo brusco que me causó dolor.

Como pequeñas luces, los recuerdos llegaron a mí y las ganas de llorar me inundan de nuevo, pero las retengo.
Una sensación de vulnerabilidad y decepción llegó a mí, y así, sin más, las lágrimas salen sin permiso, aprieto mis ojos para evitar que caigan, pero ya era inútil, solo me cubrí la boca con las manos para detener las ganas de gritar.

Sabía lo que venía, lo sabía y ya estaba cansada, así que empecé a respirar contando hasta 10, calmando mi respiración, escuché mis latidos acelerados fuera de control, mi cuerpo frío y el sudor recorrer me.

Si no me detenía ahora, no lo iba a hacer después, si dejaba que me consumiera, no iba a poder detenerlo; solo tenía que esperar a que pasara como siempre, esperar hasta que no tenga más lágrimas que derramar, esperar a que no me quede más aliento, esperar a que no tenga más fuerzas y así, solo así pasaría. Así que me envolví con los brazos, algunas lágrimas resbalando por mis mejillas; lloré, lloré por lo horrible que me sentí en ese momento, lloré porque me sentía decepcionada.

Por qué caí de nuevo.

Porque el dolor me consumía.

Porque no lo pude evitar.

Porque terminé en el principio.

Espere, hasta que la oscuridad se apoderó de mí y una pesadez inundó mi cuerpo; solo había silencio y oscuridad, y en ese momento sentí paz.

En ese momento, solo era silencio, no había dolor, ni llanto, no había nada. Me quedé ahí en ese lugar, un lugar fuera de la realidad. Uno donde solo estaba yo y eran mis sueños.




Las lágrimas son palabras que necesitan ser escritas. {Paulo Coelho}.

Fragmentos de un alma rota. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora