El reloj marcaba las 12: 01 por lo que Hader salió acelerada a la calle; para encontrar un taxi. Mientras caminaba sus tacones negros gruñían al momento de hacer contacto con los baches, como si fueran cráteres.
Pequeñas brisas acompañadas de un aire fresco nublaba un poco su vista, si su padre estuviera ahí viéndola, como su ropa se empapaba poco a poco, seguramente le hubiera dicho que eso le pasaba por no llevar su capote o mínimo una sombrilla para esas ocasiones en qué clima es impreciso.
Un auto se detuvo, Hader entro en el taxi seguidamente le indicó que si podía llevarla al restaurante El americano. El señor de gafas oscuras asintió con la cabeza.
Al momento de subir empapó un poco el asiento de atrás. En el transcurso asomó la cabeza por la ventana, logro ver las nubes grises y el cielo completamente oscuro. En señal que una fuerte tormenta estaba llegando.
En el transcurso a su destino la voz de los temerarios sonaba en aquella radio vieja pero bien cuidada. luego de dos canciones más del grupo, el taxi estacionó frente al restaurante el americano.Hader volvió a cubrirse con la mochila de la lluvia y llego hasta dónde estaba el corredor de este, el lugar se encontraba lleno de gente esperando que la lluvia pasase.
Espero unos segundos ahí; para escurrir un poco la ropa y que las gotas chorrearan.Luego abrió la puerta para entrar al restaurante donde rápidamente un delicioso olor, hizo que se olvidara del enfado de haberse mojado.
Había más o menos alrededor de 15 personas ahí adentro, pero por suerte ninguna con las características de Jordy, por lo que ver en una de las mesas a un joven de espaldas con una chaqueta negra comiendo una hamburguesa, Hader supo que era él, parecía hipnotizado observando la transmisión del partido que estaba en la pantalla, por lo que se acercó y preguntó:—¿Jordy verdad? —el que permanecía viendo el partido de básquetbol al escucharla apartó la mirada del televisor y la miro.
—Puedes llamarme Jor, ¿Tú debes ser Hader, verdad?—le respondió sin más mientras masticaba.
—Así es. —le aseguró Hader.
—Siéntate —le dijo mientras le señalaba el asiento que estaba frente. Hader accedió sacó la silla y se sentó al lado; puso la mochila y notó a la par de Jordy que también llevaba la mochila a lo que eran completamente iguales por lo que un error los había llevado a estar en ese restaurante.
—también odio este clima —dijo él, al ver a Hader con la ropa pegada al cuerpo empapada y fria por el aguacero.
—Ni me lo digas. Dijo Hader hostigada del clima.
—¿Eres vegana? —Preguntó el chico.
—¡No! ¿Por qué? —preguntó Hader, a lo que él le respondió que era porque ya le había pedido una hamburguesa con doble carne, igual a la de él. Y si más le dijo al mesero por una señal que podía traer la otra hamburguesa, el chico con delantal que estaba atendiendo le entendió de inmediato y se fue a la cocina.
El joven de chaqueta de cuero Por más que tratara de ser educado, no podía evitar ver el partido, al rato dijo:
—Oh, aquí está tu mochila Sana y salva —a su vez la levantó y se la entregó en sus manos. Ella hizo lo mismo luego se rieron por aquel tonto incidente.
El joven y aludido mesero se acercó con su bandeja, dónde cargada la hamburguesa de Hader.
Mientras se la servía le preguntó si deseaba algo más, por lo que ella se limitó a ver el menú que está a su izquierda, ¡umm!, dijo mientras le ordenaba un café qué equivalía a $40.—¡$40 por un café! ¿Pero que, la azúcar que le ponen es de oro o qué?.
—No pudo evitar preguntar asombrado Jor.—¿Qué tiene de malo? Sería un delito venir a este restaurante y no comprarlo. El sabor de ese café no tiene precio te lo aseguro. Argumentó confiadamente Hader.
—No importa lo que digas, no creo que un café sea tan asombrosamente rico como para valer ese precio.
—después de la afirmación de Jor Hader solo sonrió y tomó la hamburguesa seguidamente disgustó muy gozosa de aquellas calorías.En aquel breve silencio se escuchaba a los narradores hablar de los marcadores y en un eco una canción en inglés.
—¿Pero que te trae por aquí, eres nuevo en esta ciudad no? —volvió a romper el silencio Hader.
—solamente ando aquí porque soy manager de la banda Lully, darán un concierto mañana en la noche en la Isla Guanaja.—dijo él mientras Hader quedaba un poco ida.
—¿Lully? No, no me suena de nada.
—Si escuchas pop debes saber quiénes son. —le aseguro él.
—Soy más de bandas.—argumento segura.
—Pues de lo que te pierdes, estarán dando un concierto en el barco “El Gato negro” Mañana en la noche por eso hoy partiremos para allá.
Sin duda una experiencia inolvidable.— en ese momento el mesero volvió a interrumpirlos sirviendo el café qué Hader había ordenado, sin pensarlo dos veces ella tomó la pajilla para poder beber, su rostro fue de un acierto total como cuando las azúcares hacen efecto con las Endorfinas del cerebro.—¿quieres probar?—le pregunto ella acercándole el vaso.
—mejor, cuando acabes me dejas un poco. —dijo en tanto le devolvía el vaso. —Hader Continuando con la conversación, le preguntó: ¿Y que está costando un boleto de esos?.
—alrededor de 100 dólares,
—ella hizo una expresión de no creerse lo que estaba escuchando. Por lo que Jor continúo diciendo:—el barco es muy exclusivo y el boleto te incluye todo para una noche mágica, solo personas de buen gusto saben valorar eso, sin ofenderte.
—Hader levantó su ceja negra junto a una expresión de ponerlo en duda.deberías venir aún tengo boletos. Te estaré dando una rebaja.
—No pagaría tanto por una banda que no conozco. Lo siento.
—tú te lo pierdes —le aseguró el chico de ojos color miel.
El almuerzo continuó ameno, mientras la conversación fluía en aquel lugar acomodado, Jor logró probar aquel café, y tuvo que admitir que estaba bueno y tal vez en otra venida al restaurante compraría uno para el solo.
Antes de despedirse, revisaron las mochilas y que todo estuviera en su lugar junto a sus pertenencias y sin más los recién conocidos, tomaron cada quien nuevamente el rumbo de sus vidas.
Ya en el trabajo después de terminar su obligación de estar a cargo de regular el número de existencias de mercancías, no aguanto más, y junto con su amiga de trabajo María, una joven de cabello abundante rizado.
Esta La motivó a abrir el regalo.Hader lo único que estaba esperando para atreverse lo hizo, curiosas al momento de hacerlo, notó una abertura en el empaque como si alguien lo hubiera abierto y luego cerrado.
Por lo que le pareció raro, pues cuando lo había visto por primera vez y Marcos entregado en sus manos, no lo había visto así, sospecho un poco de Jor, pues pudo haberlo abierto, pero María le dijo que podía ser que el empaque se había dañado, Hader le dio la razón y continúo abriendo el regalo, para su sorpresa adentro de este no había nada más que hojas de periódicos.
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Feliz Cumpleaños a Todos
FantasyHader termina en el barco llamado "El gato negro" quién lleva consigo a la banda de Pop canadiense "Lully". Una terrible tormenta los mantendrá atrapados en la alta mar, y las grandes olas siempre arrastran misterios que esconden en sus profundidade...