Una cena en alta mar

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A lo largo y ancho del océano una luz palpitada haciendo interferencia a lo lejos. Alena le seguro que  seguramente se trataba de un yate con jóvenes divirtiéndose adentro, eso sonó muy razonable para Hader y no le siguieron dando importancia lo que sería un grave error.

Luego de unos minutos y de estar ambas mirando y sintiendo la brisa del mar, salió un chico de piel morena, qué bien podía medir más de 1,90 metros, llevan un suéter rojo que Hader envidio pues había comenzado a sentir frío.

—Puedes ir preparando la mesa por favor en unos minutos saldremos —Le pidió muy humildemente el chico de suéter a Alena, ella asintió con la cabeza, y el chico volvió a entrar por donde salió.

—Puedo ayudarte, si me das un poco de dinero, necesito ir pensando en el pasaje de regreso.—Le propuso Hader a la rubia.

—Te daré $10 por ayudarte, ya que lo que tengo que hacer es poco, ya la comida está hecha. —Le respondió Alena.

—$20 ¿qué te parece? —Le propuso Hader ladeando la cabeza.

—15.

—Acepto,¿qué hay que hacer?.

Alena le hizo una señal de que la siguiera, entraron en un lugar que la rubia llamaba Galley, el lugar era muy limpio y al momento en que destaparon una bandeja el olor a carne asada inundó aquel rincón el trabajo era pasarla a otro recipiente.
De repente así de imprevisto y sin pedir permiso, entró al lugar el mismo chico de anteojos, y le clavó un beso en la frente a  Alena.

—¿Estarás en la cena?.  —Le preguntó él muy coqueto.

—no, tendré que sustituir a Jor pues él estará con ustedes en la cena. —Le respondió una enamorada Alena.

—Lo había olvidado, pero te prometo que solo comeré la mitad de la comida, y la otra la guardaré para esperarte, y comer los dos juntos en la mesa ya desocupada.

Alena le sonrío confirmándole que le agradaba la idea. El chico al fin miró a Hader quién se encontraba limpiando las copas de espaldas, el chico se despidió pero esta vez la beso en los labios y se marchó.

En la plática Alena le contó a su reciente amiga, que llevan ya dos meses saliendo, su nombre era fares y era el líder y tecladista de la banda.

Después Alena abrió la nevera y sacó dos botellas, llevaba una en cada mano y salió a dejarlas en la mesa de la cubierta, la cual seguía iluminada por los focos amarillos, el mantel que cubría la mesa era de color rojo rubí y en sus bordes de un dorado pálido, el lugar estaba siendo preparado para cinco personas. Colocó las copas a la par de cada plato  y en medio de la mesa puso las botellas de vino.

Volvió a entrar a donde había dejado a Hader, para luego salir ambas, Alina con la bandeja de carne y Hader era la encargada de traer la ensalada, hicieron otro viaje donde traían lo restante y luego se aseguraron de que todo estuviera en orden.

Y justo en el momento que observaban el oscuro del mar con el canto del viento de fondo, se abrió la puerta de al lado; de ahí salió el  mismo chico de antes de cabello blanco, quién había sido el único que había  mostrado inconformidad de que Hader estuviera  ahí.
Pero esta vez parecida haberse cambiado de ropa; Pues llevaba puesto un traje elegante que hacía resaltar sus ojos celestes.

—Wow, qué elegancia. —Le felicitó la rubia.

El joven le agradeció por el cumplido, pero al parecer un poco indiferente como si ya hubiera recibido varios halagos en la noche.

Alena lo invito a que se fuera acomodando en la mesa, ya estaba más que lista, el chico le hizo caso y se dirigió hasta ahí, Mientras caminaba se iba  acomodaba el reloj plateado de una gran chapa brillante que llevaba en su mano izquierda.

— El es Kelsey es baterista y compositor, en ocasiones puede ser el más complicado de los cuatro, pero es el arma secreta de Lully. —le contó la rubia a Hader.

Mientras conversaba el aroma de un perfume lavanda les llegó hasta el olfato, la responsable de destilarlo era una chica que salió de la misma puerta de donde había salido kelsey, la muchacha llevaba puesto un vestido negro pegado y largo a juego llevaba unos guantes del mismo color del vestido su cabello ondulado muy al estilo de los 80 y llevaba cargando una cámara.

—la verdad sí valieron la pena las 2 horas que estuviste arreglándote, te ves preciosa.— le dio el cumplido Alena.

—Gracias. —Le contestó la chica con una sonrisa que presumía de un chocoyo en la mejilla.

—Alena te necesito como mi fotógrafa. —dijo la joven de vestido negro.

—Me temo que no podré, porque tengo que suplantar a Jor, para que él pueda estar con ustedes, Pero puedes pedírselo a ella. —dijo mientras señalaba a Hader. Hizo que se presentaran entre ellas. La chica le mencionó que se llamaba Fanny, que ella y Fares eran mellizos y que aparte de cantar y tocar la guitarra también le gustaba escribir poemas.
Al final Hader terminó aceptando tomarle fotos, y Fanny le ofreció unos cuántos dólares por su trabajo de tomar buenas fotos durante toda la cena.

—Dile a Jor que ya estamos listos, tengo mucha hambre. —Le pidió Fanny a Alena, a lo que la rubia accedió a ir por el.

Fanny le entregó la cámara en las manos de Hader y le pregunto sín mucho cuidado:

—¿Así que Jor consiguió novia en un solo día?.

Hader esquivo la pregunta y mejor le indicó un lugar donde saldrían bien las fotos, Fanny rápidamente hizo su mejor pose para que la cámara capturara su belleza y al mismo tiempo presumir de una cintura pequeña.

Dos chicos salieron a la cubierta eran, Fares el hermano de Fanny y el chico de suéter rojo, era el único que no se había cambiado de ropa.

—No encontré los guantes, ¿dónde los tienes?. —Le preguntó el chico de anteojos, Fares.

—Ya te lo dije están en la maleta color rosa. —le rectificó Fanny.

—Así está bien —dijo resignado Fares, mientras Fanny posaba y Hader le tomaba fotos.

Fares y el chico del suéter rojo se fueron a sentar en la mesa, los tres comenzaron a hablar de los Yankees, Mientras esperaban a Jor.

Pasado más de 20 minutos apareció Jor a la altura de la ocasión vestido con un traje muy elegante, su cabello con el peinado de libro y unas zapatillas chirriantes de color negro. Se sentó en la mesa mientras se acomodaba la corbata roja, sugirió empezar, los jóvenes le pidieron que diera algunas palabras antes de la cena.
Jor se puso de pie y sirvió el vino en las cinco copas, y comenzó a decir muy emocionado:

—Esta vez las palabras están de más, estoy muy orgulloso de todos ustedes por su esfuerzo, por hacer de mí el mejor y más feliz manager, desde que los conocí súpe  que lo que más les sobraba en la vida era talento, es una locura todo lo que hemos logrado en Canadá y ahora queremos escalar internacionalmente, estoy seguro que dentro de un año más estaremos en Europa, no lo dudo. —fue interrumpido por los aplausos y gritos de emoción de los jóvenes. Y seguidamente brindaron, chocando las copas, el sonido de este fue más fuerte que las olas del océano que chocaban con fuerza en la embarcación.

Él yate que habían visto Hader y Alena, cada vez se acercaba más Al gato negro de manera muy misteriosa.







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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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