El comienzo de una pesadilla

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Hader no iba a quedarse así;  su corazón ya había sido apresado por aquella carta, y lo que más le importaba  era saber lo que estaba escrito en ese papel. Pues estaba completamente segura, que cuando abrió el regalo en el libro estaba la carta, que para ella e ra una gran ilusión lo que está podría decirle. Por ende tenía que recuperarla.

Luego de salir de su trabajo tomo un taxi y salió rumbo a donde se suponía que podía estar Jor, pues en la plática este le había mencionado que viajarían a Amapala por la noche, porque al día siguiente daría un concierto.
Estaría en el barco el conejo negro junto a la banda Lully, por lo que ahí debería encontrarlo y exigirle a una explicación de si había tomado el sobre.

Tomo un taxi nuevamente. El tráfico era pesado por lo que tardaron en llegar más de lo pensado, sin  embargo aún no había anochecido del todo, le tocó caminar dos cuadras para llegar a la playa.

Mientras más se acercaba la brisa marina penetraba en la piel de Hader un enfriamiento nocturno.
Casi al llegar noto el único barco flotante sobre la mar, lo que acaparó más su atención fue ver las luces amarillas qué irradiaban los focos, alumbrando una mesa para varias personas puesta en la cubierta del barco.

Se acercó muy cautelosa, se dio cuenta de inmediato que en había gente en la superestructura del barco pues se escuchaba algunos murmullos.

—¡Hola! —Gritó con gran fuerza, Pero sabía que iba a ser en vano, pues las olas del mar y el viento hacían que su voz se perdiera en el eco de aquel hermoso lugar.

Intentó entrar para que los de ahí dentro se dieran cuenta de su presencia, y así poder hablar con Jor.

Puso el pie izquierdo en la madera; en ese instante pasó por el pensamiento de Hader de qué subir ahí era una locura, si escuchara a su instinto de sobrevivencia no hubiera entrado, pero lo ignoró y pasó por alto aquel sentimiento, se adentró en la cubierta, de repente una chica de la nada salió,  está se sacó muy de onda cuando vio a Hader en la embarcación.

La rubia de ojos celestes le  preguntó si podía ayudarle en algo, su acento dejaba en descubierto que su idioma natal no había sido el español.

—¿aquí llevan a bordo a la banda Lully?.—Preguntó Hader un poco insegura.

—¿quién eres?. —Preguntó con firmeza la joven.

—ahh, solo necesito hablar 5 minutos con Jordi. —dijo Hader.

tranquilizando un poco a la señorita que se encontraba confundida.

—Jor. —Le corrigió la rubia —no me ha dicho nada de que vendrías a buscarle estamos por zarpar.

—es que ha sido de imprevisto. —digo Hader sobando el reloj negro que llevaba en su mano izquierda.

—¡Está todo bien podemos salir! Gritó alguien desde la sobreestructura con una voz desesperada y ronca.
La rubia dio un vistazo a los lados a dónde se encontraba el mar al mismo tiempo observó todo el panorama, pero no estaba segura que hacer con Hader.
¿Sí o no? Volvió a gritar la misma voz.

—si grito Pero todavi… —el motor se encendió dejando a la chica con la palabra en la boca está hizo muecas de que siempre es lo mismo. El barco comenzó a moverse adentrándose en las oscuras aguas pues el sol ya se había escondido.

—¡ay no puede ser!, nunca escucha a nadie. —Dijo la rubia enfadada, mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia la sobreestructura muy airosa. A Hader no le tocó de otra que seguirla.

Una ráfaga de viento frío abrazo a Hader quién  cruzó los brazos abrazándose a sí misma, para darse un poco de calor pero sus manos estaban tan frías que prefirió no seguir haciéndolo.

Al mirar adentro de la sobreestructura, miro a  Jor al mando del barco rodando el timón, su cabello negro como El cuervo inconfundible se movía por el aire, la chica se le acercó y casi al oído le susurró algo, el miró a Hader en la puerta.

—¿Pero qué? — dijo confundido, quiso seguir diciendo un buen de cosas, pero volvió a tomar el mando.

—encárgate un segundo, le ordenó a la rubia, esta parecía recibír la orden como si hubiera ganado una clase de lotería.

Jor llegó y escuchó atentamente a Hader quién le explicaba que por algún error él tenía en su poder el sobre. A lo que él le negaba con la cabeza.

—lamento que hayas perdido esa carta o lo que sea de tu novio, Pero en serio no la tengo ni por error, y creo que debes irte ahora mismo, porque si no será imposible que regreses a tierra, cada vez nos alejamos más.

—no estarás insinuando que me aviente al mar con este frío., verdad. —le preguntó mientras miraba su rostro viril marcado por dos grandes depresiones a lo largo de las mejillas.

—¿y tú no pretenderás que demos la vuelta?, verdad —dijo Jor en un tono sarcástico.

Hader miró a su alrededor decepcionada y perdida, no sabiendo qué hacer.
En eso una puerta se abrió; salió un chico de cabello blanco, llevaba puesto  una calzoneta junto una camiseta gris holgadas, perfectas para dormir. Parecía de muy mal humor y miró a a Hader  como si fuera un asaltante.

—¿Es en serio? Dijistes que no vendría nadie más a bordo, y ahora hay una chica con nosotros. ¡Fares!,
—Gritó. Seguido del grito venía un joven alto, su cuello se podía describir como la torre de David, Y andaba usando anteojos.

—cálmate. Le decía Jor.

—¿Qué sucede? Preguntó el chico de anteojos mientras se percataba de la presencia de Hader.

—No pasa nada solo es un malentendido, llegando al puerto les explicaré todo hora debo tomar el mando.
— dijo Jor, mientras quitaba a la chica, ella molesta se apartaba indicándole de que ella podía hacerse cargo del barco si él se lo permitía, pero fue ignorada por él.
Mientras el chico de cabello blanco volví a entrar molesto, y le seguía el joven que usaba gafas.

—mejor ve con ella y soluciona este problema — le ordenó Jor a la chica.

Hader estaba en la cubierta agarrada de uno de los barandillas del barco viendo el mar, la rubia se le acercó muy sigilosamente al mismo tiempo le sonrió y se presentó cómo Alena.

—Un gusto, soy Hader y lamento esto, pero tengo el don de meterme  en problemas siempre hasta en los más tontos.—se disculpó Hader.

—sí ahora tendrás que viajar con nosotros a la isla de Amapala, tal vez no esté tan mal viaje gratis.

Hader dio un suspiro de desesperación y Dijo:  debe ser muy molesto para ustedes que pagaron mucho por este viaje,
—bueno, para la banda talvez si Pero yo solo estoy haciendo aquí mi trabajo, soy  organizadora de eventos de Lully y sucesora del capitán por si tiene algún inconveniente, ya sabes, conozco los barcos mejor que mi casa.

— ¿desde pequeña viajas en barco?  Le preguntó Hader continuando la conversación.

Alena se quedó pensando melancólicamente, y respondió: ¡No! De pequeña mi gran pasión era el patinaje artístico sobre hielo, una de las mejores patinadoras de Rusia, pero una lesión puede cambiar el camino de cualquiera No logré llegar a los juegos olímpicos, dijo mientras su rostro guardaba una tristeza.

—me imagino lo duro que debió ser para ti. —argumentó Hader.

—¡Si! Fue muy duro —dijo haciendo una pausa en la conversación, luego retomó la conversación añadiendo:
—por eso decidí dejar a mi familia materna y venirme a vivir con mi padre a México, el trabaja con muchos barcos, Es un costeño de primera, y fue así como logré sustituir el hielo por el mar. ¿No es asombroso lo oscuro qué puede ser el mar?.

Hader no le respondió, porque estaba tratando de averiguar que era la luz que se miraba a lo lejos.

—mira aquello —le dijo a a Alena señalando con su dedo índice una luz a lo lejos.







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