"Confrontación con el mal"

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Momonga caminaba en silencio al frente del grupo, su mente ocupada en la situación que los rodeaba. A su alrededor, Nishiki Enrai, Bukubukuchagama, Yamaiko, Takemikazuchi, Ulbert Alain Odle, Peroroncino, Punitto Moe, Tabula y Touch Me mantenían una formación defensiva, siempre alertas a cualquier señal de peligro. Sabían que el bosque que bordeaban estaba plagado de peligros, con antaboles y demonios enfrascados en combates constantes.

"¿Por qué no simplemente acabamos con todos esos demonios y seguimos adelante?" murmuró Peroroncino, su voz cargada de impaciencia mientras observaba el cielo.

"Sería un error subestimar a esos antaboles," respondió Takemikazuchi, con la vista fija en la línea de árboles. "Los enfrentamientos entre ellos y los demonios podrían causarnos más problemas de los que resolveríamos."

Yamaiko asintió. "Además, rodear el bosque nos asegura que lleguemos al otro lado con menos desgaste. Ya estamos separados de Luci★Fer y los demás; no podemos permitirnos más retrasos."

Momonga, que había estado escuchando atentamente, finalmente intervino. "Tomamos la decisión correcta al rodear este lugar. No podemos arriesgarnos a perder tiempo ni recursos en batallas innecesarias. Debemos priorizar la reunión con Luci★Fer, Amanomahitotsu, Bellriver y Blue Planet."

Ulbert Alain Odle soltó una risita oscura. "¿Quién diría que evitar una pelea sería la mejor opción? Me siento casi... decepcionado."

"Ya habrá tiempo para peleas, Ulbert," dijo Tabula, sin apartar la vista del entorno. "Por ahora, lo más prudente es llegar a un lugar seguro donde podamos reunir nuestras fuerzas y prepararnos para lo que venga."

Nishiki Enrai, que había estado explorando los alrededores, regresó al grupo con noticias. "He confirmado que no hay enemigos en las cercanías inmediatas. El camino que estamos siguiendo parece estar despejado, al menos por ahora."

Touch Me, siempre el más pragmático del grupo, añadió: "A pesar de lo que enfrentamos, no podemos perder la concentración. Un solo error podría costarnos caro."

Momonga asintió con seriedad, consciente de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros como líder. "Sigamos adelante. Estimo que aún nos tomará varias horas llegar a la zona segura donde deberíamos encontrarnos con los demás."

"Y cuando lo hagamos," dijo Bukubukuchagama con un tono animado, "tendremos que celebrar el hecho de que seguimos enteros. Después de todo, no es fácil sobrevivir en un lugar como este."

Paso una semana y mientras avanzaban, el denso bosque comenzó a despejarse, dando paso a vastas llanuras. La tierra bajo sus pies estaba marcada por los estragos de la guerra, con cráteres y áreas quemadas que hablaban de recientes enfrentamientos entre humanos y demonios. La brisa cargaba un ligero olor a humo y cenizas, una constante en este mundo asolado por la guerra.

Después de horas de caminata, el grupo divisó en la distancia un pequeño campamento. La luz tenue de las hogueras iluminaba las figuras de soldados moviéndose entre las tiendas. Eran claramente humanos, agotados y en alerta, posiblemente la última línea de defensa contra las hordas de demonios que devastaban la región.

"Un campamento humano," comentó Yamaiko, observando a los soldados. "Podría ser una oportunidad para obtener información sobre la situación actual."

Nishiki Enrai, siempre el más rápido y sigiloso del grupo, se adelantó. "Déjenme a mí. Me infiltraré y veré qué puedo descubrir. Si hay algo útil, lo traeré de vuelta."

Momonga asintió. "Ten cuidado. No podemos darnos el lujo de que te detecten, especialmente si estos soldados están al límite."

"Confiad en mí," dijo Nishiki Enrai, sonriendo con confianza antes de desaparecer en la oscuridad, sus pasos completamente silenciosos.

"Overlord down to the roots"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora