°♡•𝙒𝙝𝙞𝙨𝙥𝙚𝙧𝙨 𝙞𝙣 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠𝙬𝙤𝙤𝙙♡° •|Fnafhs sick x reader|•

𝙿𝚛ó𝚕𝚘𝚐𝚘

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Advertencias!

°• Esta historia trata temas sensibles como muertes, torturas y enfermedades mentales.

°• En esta historia no se trata de romantizar ninguna enfermedad mental, eso está mal y es una falta de respeto hacia las personas que sufren esas condiciones.

°• He tratado de representar lo mejor que he podido algunas enfermedades siguiendo el universo alternativo original sugerido por la autora que lo creo, si alguna enfermedad no es fiel a la realidad de antemano pido disculpas.

°• En esta historia, la lectora, o "t/n" o rayita se llamará Ophelia, por la comodidad. Pero básicamente es rayita, con otro nombre.

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**Prólogo**

Ophelia se detuvo frente a la imponente fachada del hospital psiquiátrico Blackwood, sintiendo una punzada de familiaridad en la oscuridad que emanaba de sus muros. Había estado en lugares como este antes, aunque en circunstancias muy distintas. El aire pesado de Blackwood se entrelazaba con sus propios recuerdos reprimidos, esos que había enterrado durante años bajo capas de racionalidad.

El crujido del suelo bajo sus pies resonó en el pasillo desierto cuando cruzó la puerta. En sus manos temblorosas, sostenía un expediente que llevaba su nombre. No era el de una doctora. No era el de una psicóloga. Era el expediente de una paciente: Ophelia Vázquez, 15 años, admitida tras una crisis nerviosa.

Había llegado a este lugar buscando redención, la oportunidad de ayudar a otros que sufrían como ella lo había hecho. Pero ahora, cada sombra en los rincones, cada susurro en la oscuridad, le recordaba que este no era un santuario. Era una prisión disfrazada de hospital, un lugar donde los secretos se escondían en las miradas vacías de los pacientes y en las paredes que parecían latir con vida propia.

Un paciente se cruzó en su camino, murmurando incoherencias sobre incendios y oscuridad. Su mirada estaba vacía, pero había algo más profundo en ella, algo que Ophelia no podía comprender del todo. ¿Era miedo? ¿Advertencia? Cada encuentro con ellos la hacía sentir más pequeña, más vulnerable.

Mientras avanzaba por los pasillos, Ophelia no pudo evitar recordar las palabras de su mentor: "Nunca dejes que el pasado te controle." Pero en Blackwood, el pasado estaba presente en cada rincón, y cuanto más tiempo pasaba allí, más difícil le resultaba distinguir entre su misión de curar y la oscura atracción de la locura que acechaba dentro de ella.

El hospital se alzaba ante ella como un monstruo dormido, esperando despertar. Y en su interior, Ophelia sabía que no era solo una terapeuta tratando de ayudar a los pacientes. Era una pieza más en un juego siniestro, un experimento que el hospital y sus propios demonios estaban decididos a ganar.

Con un último suspiro, Ophelia cerró los ojos y se adentró en la oscuridad.

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