𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷: *𝙱𝚒𝚎𝚗𝚟𝚎𝚗𝚒𝚍𝚊 𝚊 𝙱𝚕𝚊𝚌𝚔𝚠𝚘𝚘𝚍*

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Ophelia Vázquez, una joven psicóloga recién graduada, sintió una mezcla de emoción y nerviosismo mientras se acercaba al hospital psiquiátrico Blackwood por primera vez. La fachada del hospital, oscura y robusta, parecía absorber la luz del día, reflejando una ominosa sombra sobre el camino de piedra que conducía a la entrada principal. Este era el lugar donde comenzaría su carrera, donde podría hacer una diferencia, ayudar a aquellos que habían sido olvidados por la sociedad.

El viento frío le hizo apretar el abrigo contra su cuerpo mientras caminaba hacia las puertas del hospital, que crujieron al abrirse con un gemido metálico. Al cruzar el umbral, el ambiente lúgubre del interior la envolvió de inmediato. Las luces fluorescentes parpadeaban de vez en cuando, lanzando sombras inquietantes en las paredes y el suelo. Una sensación de incomodidad se apoderó de ella, pero Ophelia se obligó a seguir adelante. No podía permitirse vacilar en su primer día.

El vestíbulo principal estaba vacío, salvo por una mujer detrás de un mostrador de recepción. Tenía el cabello recogido en un moño apretado y una expresión de indiferencia. Ophelia se acercó, intentando sonreír a pesar de la creciente ansiedad.

—Buenos días, soy Ophelia Vázquez, la nueva psicóloga. —Su voz sonó más suave de lo que había esperado, casi ahogada por la vastedad del lugar.

La recepcionista levantó la vista lentamente, como si el tiempo se moviera a otro ritmo dentro de Blackwood.

—Ah, sí. Te estaban esperando. Doctor Crowley te verá en su oficina en unos minutos. —Le señaló un pasillo a la derecha con una mano pálida antes de regresar a su trabajo sin decir más.

Ophelia asintió, agradeciendo en voz baja antes de dirigirse por el pasillo indicado. A medida que avanzaba, sus pasos resonaban en el suelo de baldosas, acompañados solo por el sonido distante de puertas que se cerraban y murmullos lejanos. El hospital estaba vivo de una manera extraña, como si los ecos de antiguos pacientes aún vagaran por los corredores.

Finalmente, llegó a una puerta de madera con una pequeña placa dorada que decía "Dr. Crowley". Respirando hondo, llamó suavemente antes de entrar.

El despacho del doctor estaba sorprendentemente bien iluminado, en contraste con el resto del hospital. La luz natural se filtraba a través de una gran ventana que daba al jardín del hospital, un pequeño respiro de normalidad en medio del ambiente opresivo de Blackwood. Detrás del escritorio, el Dr. Crowley levantó la vista de unos papeles. Era un hombre mayor, de aspecto severo pero con un aire de sabiduría.

—Señorita Vázquez, adelante, por favor. —Su voz era suave, pero firme, como la de alguien acostumbrado a ser obedecido.

Ophelia se sentó frente a él, tratando de mantener la calma. Este era su primer contacto real con alguien en el hospital, y quería causar una buena impresión.

—Gracias, doctor. Estoy emocionada de comenzar. Creo que este es un lugar donde puedo hacer una verdadera diferencia. —Intentó sonar confiada, aunque por dentro se sentía un poco abrumada por el entorno.

El Dr. Crowley la observó por un momento antes de asentir.

—Aquí en Blackwood, hacemos todo lo posible para ayudar a nuestros pacientes. Sin embargo, es importante que recuerdes que este lugar... —Hizo una pausa, como si buscara las palabras adecuadas— ...tiene sus propios desafíos. No es como otros hospitales. Aquí, la oscuridad a veces se siente más densa, y los pacientes llevan cargas muy pesadas.

Ophelia sintió un escalofrío recorrer su espalda ante esas palabras. Había oído rumores sobre Blackwood antes de llegar, pero había asumido que eran exageraciones, historias contadas para asustar a los nuevos empleados. Pero ahora, frente al Dr. Crowley, esas historias parecían cobrar vida.

—Entiendo, doctor. Estoy preparada para enfrentar esos desafíos. —Afirmó, tratando de sonar más segura de lo que realmente se sentía.

El doctor la estudió por un momento más antes de darle una sonrisa fugaz.

—Espero que sea así, señorita Vázquez. Ahora, conozca al resto del personal y familiarícese con el hospital. —Le entregó un horario y algunos documentos—. Le he asignado a Bonnie y Foxy para sus primeras sesiones. Son pacientes delicados, así que tómese su tiempo para conocerlos antes de entrar de lleno en su tratamiento.

Ophelia tomó los documentos, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus manos.

—Gracias, doctor. Haré lo mejor que pueda.

Con una leve inclinación de cabeza, se despidió y salió de la oficina. Mientras caminaba por los pasillos, revisando los documentos, no pudo evitar sentirse nerviosa. Los nombres de los pacientes eran solo letras en un papel por ahora, pero pronto serían personas reales, con problemas y miedos que esperaba poder aliviar.

A lo largo del día, Ophelia fue conociendo al personal de Blackwood. Primero estaba Chica, una enfermera joven y amable que parecía ser uno de los pocos rayos de luz en el hospital. Su sonrisa era cálida y genuina, lo que ayudó a calmar un poco los nervios de Ophelia.

—Bienvenida a Blackwood —le dijo Chica mientras la guiaba por las instalaciones—. No te preocupes demasiado por las primeras impresiones. Este lugar puede ser un poco... abrumador al principio, pero todos aquí estamos para apoyarte.

Ophelia agradeció esas palabras. Chica parecía ser alguien en quien podría confiar, alguien que quizás entendía lo difícil que era trabajar en un lugar como este.

Después conoció a Bombón, su mentora, una mujer con un porte firme y una expresión que oscilaba entre la compasión y la severidad. Bombón había trabajado en Blackwood durante más tiempo del que ella misma parecía recordar, y su experiencia se reflejaba en cada palabra que decía.

—Ophelia, el trabajo aquí no es fácil, pero es importante. Estos pacientes necesitan a alguien que pueda ver más allá de sus diagnósticos, alguien que esté dispuesto a escuchar de verdad. —Sus palabras eran alentadoras, pero también llevaban un peso implícito, como si estuviera advirtiendo a Ophelia de los peligros de involucrarse demasiado.

A medida que el día avanzaba, Ophelia fue conociendo más del hospital. Las salas estaban organizadas por secciones, cada una con su propio equipo de enfermeras y médicos. Los pacientes, aunque mantenidos bajo vigilancia estricta, tenían un aire de vulnerabilidad que resonaba en Ophelia. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidida a ayudarlos, a ser la luz en la oscuridad de Blackwood.

Al final de su primer día, mientras salía del hospital para regresar a su pequeño apartamento en las afueras de la ciudad, Ophelia se detuvo un momento para mirar hacia atrás. La fachada del hospital parecía aún más oscura bajo la luz menguante del atardecer. Pero detrás de esa oscuridad, Ophelia sabía que había personas que necesitaban su ayuda. Personas que, como ella, habían sido atrapadas en las sombras de su propia mente.

Con una determinación renovada, Ophelia se giró y se dirigió hacia su coche. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero estaba lista. Blackwood había comenzado a revelarle sus secretos, y ella estaba decidida a descubrirlos todos, sin importar el costo.

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°♡•𝙒𝙝𝙞𝙨𝙥𝙚𝙧𝙨 𝙞𝙣 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠𝙬𝙤𝙤𝙙♡° •|Fnafhs sick x reader|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora