[_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-]Ophelia recorría los pasillos de Blackwood con una creciente inquietud en el pecho. A medida que pasaban los días, comenzó a darse cuenta de que los tratamientos que se aplicaban a los pacientes no estaban teniendo los efectos esperados. Al contrario, parecían empeorar las condiciones de aquellos que debían mejorar.
Primero fue Bonnie. Aunque su expediente indicaba que estaba bajo control con la medicación, Ophelia notó que sus episodios de esquizofrenia se habían vuelto más frecuentes y severos. A menudo lo encontraba murmurando para sí mismo en la esquina de su habitación, con una mirada perdida en sus ojos. Había algo en su comportamiento que no cuadraba con el progreso clínico que debería estar mostrando.
Luego estaba Foxy. Su síndrome de Tourette, que en teoría debía estar más manejable con el tratamiento adecuado, también había empeorado. Los tics de Foxy se habían vuelto más pronunciados y violentos, acompañados por un aumento en su ansiedad y comportamiento errático. Algo estaba definitivamente mal, y Ophelia no podía ignorarlo más.
Una tarde, después de una sesión particularmente angustiante con Bonnie, decidió que era hora de hablar con Bombón. Necesitaba respuestas, o al menos una explicación que pudiera darle sentido a lo que estaba observando. Con esa determinación, fue a buscar a su mentora.
—Bombón —la llamó al encontrarla en uno de los pasillos—. ¿Puedo hablar contigo un momento?
Bombón, quien estaba revisando un expediente, levantó la vista y asintió.
—Por supuesto, Ophelia. ¿Qué sucede?
Ophelia miró a su alrededor, asegurándose de que no hubiera nadie más cerca antes de hablar en voz baja.
—He estado notando algo extraño con los pacientes. Sus tratamientos... parece que no están funcionando. De hecho, creo que algunos están empeorando.
Bombón mantuvo su mirada por un momento, su rostro imperturbable. Finalmente, cerró el expediente que tenía en manos y le hizo un gesto para que la siguiera a su oficina.
Una vez dentro, cerró la puerta y se giró para enfrentarla.
—Ophelia, hay ciertas cosas sobre este lugar que son... complicadas —comenzó, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Los pacientes de Blackwood no son como los de otros hospitales. Sus condiciones son, en muchos casos, únicas y requieren enfoques que a veces pueden parecer inusuales.
—¿"Inusuales"? —Ophelia frunció el ceño, intentando descifrar el significado detrás de sus palabras—. Bombón, he visto tratamientos inusuales antes, pero esto es diferente. Bonnie y Foxy están empeorando, no mejorando. No puedo quedarme de brazos cruzados y ver cómo esto sigue.
Bombón suspiró, como si hubiera esperado que Ophelia llegara a esta conclusión en algún momento. Se acercó a la ventana, mirando hacia el exterior antes de hablar de nuevo.
—Ophelia, tienes que entender que Blackwood no sigue las mismas reglas que otros hospitales. Aquí, hacemos lo que debemos para mantener la estabilidad. No siempre podemos explicar el porqué, ni tampoco cuestionarlo. Es mejor que no hagas preguntas sobre los tratamientos.
Las palabras de Bombón cayeron como un balde de agua fría sobre Ophelia. ¿Cómo podía no hacer preguntas cuando claramente algo estaba mal? Su instinto como psicóloga le decía que debía proteger a sus pacientes, asegurarse de que recibieran el mejor cuidado posible.
—Pero Bombón, si no cuestionamos lo que estamos haciendo, ¿cómo podemos estar seguros de que estamos ayudando realmente? —insistió Ophelia, su voz cargada de preocupación.
Bombón se giró para mirarla, su expresión más dura de lo habitual.
—Ophelia, te lo digo por tu propio bien. A veces, cuanto menos sepas, mejor. Este lugar tiene su propia forma de operar, y no siempre entenderás el porqué. Mi consejo es que te concentres en hacer tu trabajo lo mejor que puedas y dejes que el resto lo manejen quienes tienen más experiencia.
Ophelia se quedó en silencio, intentando asimilar lo que acababa de escuchar. No era lo que esperaba. Había venido a Blackwood con la intención de hacer una diferencia, de ayudar a los pacientes a encontrar la paz. Pero ahora, estaba empezando a sentir que algo mucho más oscuro y complejo estaba en juego, algo que iba más allá de su comprensión.
—Entiendo que sea difícil de aceptar —continuó Bombón, suavizando un poco su tono al notar el conflicto en los ojos de Ophelia—, pero confía en mí. He estado aquí mucho tiempo, y sé cómo funcionan las cosas en Blackwood. A veces, la mejor manera de ayudar es seguir el sistema, por imperfecto que parezca.
Ophelia asintió lentamente, aunque no podía deshacerse de la sensación de inquietud que la había estado atormentando. No estaba segura de poder simplemente cerrar los ojos ante lo que estaba sucediendo. Pero por ahora, decidió no insistir más. Necesitaba tiempo para pensar, para averiguar cuál sería su próximo paso.
Bombón la observó, como si intentara medir cuánto había aceptado Ophelia sus palabras.
—Si alguna vez necesitas hablar, mi puerta siempre está abierta —dijo finalmente, con un tono más amable—. Y recuerda, no estás sola en esto. Todos aquí queremos lo mejor para los pacientes.
Ophelia le devolvió una débil sonrisa antes de salir de la oficina. Sus pensamientos eran un torbellino de dudas y preocupaciones. Mientras caminaba de regreso a su oficina, las palabras de Bombón resonaban en su mente: "Es mejor que no hagas preguntas."
Pero, ¿cómo podía no hacerlas? ¿Cómo podía ignorar lo que estaba viendo? No, Ophelia sabía que no podría seguir así por mucho tiempo. Necesitaba respuestas, y aunque respetaba a Bombón, sabía que tendría que encontrar esas respuestas por sí misma.
Al llegar a su oficina, se sentó frente a su escritorio y abrió los expedientes de Bonnie y Foxy. Necesitaba analizar cada detalle, cada tratamiento que se les había administrado, cada cambio en su comportamiento. Quizás, si comprendía mejor lo que estaba pasando, podría encontrar una manera de ayudarlos que no involucrara los métodos cuestionables que se estaban utilizando.
La noche cayó lentamente sobre Blackwood, y el hospital se sumió en su habitual silencio inquietante. Pero para Ophelia, el trabajo apenas comenzaba. Sabía que estaba pisando terreno peligroso, pero no podía evitarlo. Había venido aquí para ayudar, y eso era lo que iba a hacer, sin importar lo que le costara.
Y mientras la luna se elevaba sobre el horizonte, iluminando tenuemente los oscuros pasillos del hospital, Ophelia se sumergió en los expedientes, decidida a descubrir la verdad oculta tras las sombras de Blackwood.
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°♡•𝙒𝙝𝙞𝙨𝙥𝙚𝙧𝙨 𝙞𝙣 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠𝙬𝙤𝙤𝙙♡° •|Fnafhs sick x reader|•
FanfictionU𝙣𝙖 𝙟𝙤𝙫𝙚𝙣 𝙥𝙨𝙞𝙘ó𝙡𝙤𝙜𝙖 𝙧𝙚𝙘𝙞é𝙣 𝙜𝙧𝙖𝙙𝙪𝙖𝙙𝙖, 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙖 𝙖𝙡 𝙨𝙞𝙣𝙞𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙝𝙤𝙨𝙥𝙞𝙩𝙖𝙡 𝙥𝙨𝙞𝙦𝙪𝙞á𝙩𝙧𝙞𝙘𝙤 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠𝙬𝙤𝙤𝙙 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙖 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙣𝙯𝙖 𝙙𝙚 𝙖𝙮𝙪𝙙𝙖𝙧 𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙖𝙘𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚𝙨. 𝙋𝙚𝙧𝙤 �...