Al abrir la puerta, entró una persona. No. Varias personas imponentes que vestían con túnicas y vestidos negros cuyos bordes eran rojos entraron de golpe. Algunos traían un traje de vampiro, símbolo de un rostro con manchas simulando la sangre y demás cosas que retrataba la crueldad de la secta más peligrosa de todos los tiempos.
Ya se veía venir que los responsables de la muerte de Aldeib eran los sectarios. Sin embargo, el problema no era si se miraba venir o no, sino que el problema real y la pregunta del momento era ¿cómo entraron sin hacer mucho alboroto?
Rápidamente, uno de los miembros atacó a Raylt, pero este logró esquivar el ataque, y, de forma rápida, hizo un corte en el brazo del miembro de la secta en el bíceps. Eilí con su varita logró crear y enviar varios cristales mágicos que partieron en dos el brazo del miembro de la secta.
La cara de Eilí era de sorpresa y miedo. Raylt tenía algo de remordimiento, pero en el fondo entendía que debían de salvar sus vidas a costa de la vida de los sectarios.
Denep, antes de que el otro asesino de la secta entrara, preparó su hoja y le clavó la navaja con fuerza, con intenciones asesinas y de bruja. Desde la puerta salió un chorro de sangre que venía del objetivo. La sangre salía del corazón que había sido partido en dos por la navaja que se había clavado en la hoja. El asesino cayó al suelo sin vida y con agujero en su pecho que dejaba ver todo su asqueroso y terrorífico interior lleno de sus órganos.
Aldeib, a pesar de no sentir remordimiento por los asesinos, aun así se aterró de la imagen tan escalofriante y perturbadora que estaba viendo. Tapó su boca evitando vomitar al ver los órganos internos salir. La sangre llegaba hasta sus pies y esta era tan cálida y llena de angustia que irradiaba temor, tanto que se alejó dando pasos hacia atrás, tropezando.
Luego, empezaron a entrar varios asesinos de la secta en conjunto y Eilí les congeló los pies.
—¡[Alfreeze]!
Los pies de los asesinos fueron congelados y este estado de hielo se esparció por sus cuerpos, congelando cada centímetro de sus cuerpos.
—¡Ahora! —Dio la señal a Sara y Raylt.
Estos dos hicieron cortes a cinco de los asesinos, decapitándolos y cortándoles sus brazos casi al instante y así logrando detener un poco el ataque de la secta. Sin embargo, esto los dejó respirando agitados al ser maniobras muy rápidas.
Denep logró visualizar a varios enemigos, y, con la misma hoja partida a la mitad, hizo múltiples cortes a la hoja, haciendo que su poder de brujería les quitara la capacidad de caminar a tres de los asesinos, lo que provocó que estos cayeran al suelo en un ruidoso golpe.
—¡Toma una soga y átalos, Aldeib! —Las órdenes de Denep fueron claras.
Aldeib fue corriendo hacia ellos, que estaban en el suelo, mientras Eilí, Raylt y Sara estaban luchando en la puerta, casi saliendo al pasillo. En eso, recibió una puñalada en el muslo por parte del tercer asesino que no podía caminar, pero que si podía usar la daga que mantenía oculta bajo sus ropas.
Luisa de lejos lo curó rápidamente e hizo que se levantase y retrocediera para que el sectario no siguiera causándole daño.
«Debo hacer algo más.» Ella sabía que esperar que alguien cayera herido no era algo muy favorable en una pelea contra la Secta de las Estrellas.
Por eso, se abalanzó sobre los asesinos tirados en el suelo, aplastando dos de los seis brazos que habían ahí entre los tres. También, con una aguja, empezó a pinchar a los asesinos que tenían intenciones de matarlos a pesar de no poder moverse. Pincharlos era una muy buena idea, ya que evitaba que los asesinos sacaran sus dagas por preocuparse al saber que una aguja estaba buscando sus venas y nervios. Naturalmente, como curandera, conocía donde estaban, y al encontrar uno de esos puntos, clavó la aguja ahí.
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Eyesworld I: El Emperador
FantasyAldeib salió de su casa, entró a una tienda estando desconcertado al escuchar voces no provenientes de algún lado. Al salir de la tienda se da cuenta que hay más de solo una voz, hay varios cuyo sonido es similar a al de él. Intentó cruzar la calle...