Capítulo X: Soy la número 4.

4 1 0
                                    

“Por encima de todo, sé la heroína de tu vida, no la víctima.” —Nora Ephron.

A veces creemos que la vida es solo nacer y respirar; sin embargo, no es así, la vida también se trata de la capacidad que tenemos los seres vivos para luchar y luego morir, es necesario que haya un cambio entre la materia y la energía.

A la hora de nacer, la vida te das dos etapas:

— Etapa 1- Vivir, crecer y evolucionar.

— Etapa 2- Sobrevivir, luchar y morir.

Yo estaba en la segunda etapa de mi vida, algo era obvio, la muerte, todos los seres vivos nacen y mueren en algún momento, pero antes de morir luchar y haces de todo para sobrevivir, yo lo estaba dando todo y yo decidía si iba a morir aquí o seguía luchando por vivir.
Y mi respuesta era obvia.

— No quería morir aquí o al menos eso intentaré.

Si algo he aprendido a lo largo de esta vida es que, para conseguir lo que quieres debes luchar para obtenerlo…

El mundo no es un arcoíris ni mucho menos un cielo de color azul, eso es lo que nos hacen ver a través de los ojos.
Sí, no todo en él es malo, en el mundo también existen cosas buenas; sin embargo, la crueldad y la maldad habitan en él desde hace mucho tiempo y cada uno de sus habitantes es culpable de ello al igual que yo, en pocas palabras, toda la maldad que existe en el mundo te querrá ver de rodillas suplicando piedad, no importa que tan rudo seas, te dejará así permanente, si lo dejas…

No podía respirar, el olor a formol y a sangre me tenían asfixiada, me dolían las piernas y las manos de lo ajustadas que estaban las cadenas, no podía ver nada, no sabía en dónde estaba.

Sé que era un lugar subterráneo porque no sé escuchaba nada hay abajo.

Ya tenía un mes aquí abajo, él se había ido con Gaby, no sé a dónde la llevo, pero ya era su turno de jugar.

Tenía miedo y mucho frío.

Las gotas de la tubería resonaban en el lugar.

Quiera salir de ahí, pero no podía ya era una más en su lista y era imposible huir, al menos con vida.

Éramos 4, ahora solo soy yo la queda con vida aún y no sé hasta cuando.

Sin embargo, haré lo que tenga que hacer para sobrevivir.

Y si para hacerlo tengo que matarlo.

Lo haré...

Las luces de la habitación se encienden, y él baja las escaleras, la madera chillaba por su gran peso.

Esos ojos azules con la cicatriz en su cara me volvieron a ver y su puta sonrisa retorcida vuelve a salir de su boca.

— ¿Por qué yo? — Grité con voz quebrada y solloza.

— ¿Por qué no tú? —respondió él.

— Todas ustedes son iguales. —resopló él. Su voz era tan gruesa que cada vez que la escuchaba me daba un escalofrío en la piel.

— ¿Iguales? — De qué mierda estás hablando?— indagué.

— De las mujeres que me condenaron, tú eres igual a ellas y no puedo soportar verte ni un minuto más, se creen perfectas, pero lo que son es, perfectas mentirosas.

— ¿Quién carajos son ellas? —averigüé.

— Las que hicieron esto. Él se quita el gorro de la cabeza y así pude ver su cara.

Saga Sobreviviendo a un Asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora