Capítulo III: La Feria.

5 2 0
                                    

“Esa niña estaba destinada a perderlo todo para encontrarlo todo, porque solamente alguien que se vacía puede ser llenado de nuevo”. —Laura Esquivel.

Salí de la ducha, me vestí, me puse un pantalón negro ajustado a mis piernas, una camisa rosada manga larga con unos escotes al frente y unas sandalias.

Algo me decía que tenía que decirle a alguien.

Y me dije:

— Necesitas hablar de esto con alguien.

Salgo de casa y me dirijo a la casa de Gaby, cuando llego, tocó el timbre.

Jhon su pareja abre la puerta.

— Hola, Jhon. —expresé.

— Hola, Saga. —contestó.

— ¿Gaby se encuentra en casa?
—pregunté.

— ¡No, dijo que llegaría ayer en la noche, pero no ha llegado aún, seguramente hizo doble turno en el centro comercial!
—indicó.

— Ah, está bien cuando la veas le dices que he venido. —expresé.

Tenía que salir de dudas, así que fui a investigar.

Llegó a la pizzería de la foto, está quedaba en la avenida 213 cerca de Tom Park el lugar donde se hacían las ferias y donde había todo tipo de parques y diversiones.

Abro la puerta y me acerco a una de las meseras y ella dice:

— Sí quiere algo debe pedir su orden primero.

— No, solo quiero hacerle una pregunta. —mencioné.

Ella me agarra de la mano y nos orilla hacia la barra de la pizzería y dice:

— Tengo prohibido hablar con reporteras. —murmuró.

— No se preocupe yo soy escritora, solo soy una estudiante. —indiqué.

— ¿Quiero saber quién tomo esta foto o si sabe algo de este póster? —indague.

— No, no llevo mucho tiempo en esto.
—expresó.

— Esa fue tomada por un fotógrafo.
—dijo una voz femenina. — Pero murió en 2000, dicen las malas lenguas que no murió, sino que lo asesinaron por las fotos que tomó, pero en la morgue determinaron que murió de un infarto.

Volteo a ver a la chica, era una mesera igual y estaba del otro lado de la barra y su camisa decía Megan.

— ¡Ah, entiendo! Y ¿Qué paso con el violador? —pregunte con intriga.

— Al sujeto que acusaron de violador, se escapó cuando lo iba a llevar a custodia y no se ha sabido más nada de él. —dice Megan.

— Sí quieres buscar más información de él, ve a la biblioteca, hay te darán los periódicos de esas fechas. —reveló.

— Está bien, ¡Gracias! —exclamé.

Salí de la pizzería y fui a la biblioteca...

Cuando iba llegando me di cuenta de que la biblioteca estaba cerrada.
Y de un momento a otro salen unos cohetes artificiales y explotan en haciendo iluminar el cielo de colores.

Los fuegos artificiales venían de central Tom Park.

Y no pude quedarme hay, tenía que verlos más de cerca.

Érase una vez una niña que tenía muchos sueños por seguir, de grande quería ser una abogada o una escritora, a esta le gustaban los parques y los fuegos artificiales, su madre siempre la llevaba a ver los fuegos artificiales en el parque Luna Park de Nueva York junto con su hermano Santiago; sin embargo, su madre dejo de ser buena y la empezó a tratar como a una mujer desde muy pequeña, le empezó a decir que debía hacer y la niña solo quería jugar mientras su mamá le decía que debía madurar que la grandeza se obtenía con madurez, aunque esa niña solo quería jugar en los parques y ver los fuegos artificiales todas las noches. La grandeza se obtiene con madurez y la madurez se obtiene cuando te das cuenta de que eres adolescente y sabes que tienes que cambiar, no en la niñez, los niños son solo eso, niños. Ella no comprendía que era solo una niña de 8 años y lo único que quería esa pequeña niña era que su madre le leyera cuentos antes de irse a dormir y que le diera su besito de buenas noches; sin embargo, su madre la trataba como a una mujer, en vez de a su hija pequeña y no comprendió que tarde o temprano la iba a perder como sucedió con su hijo mayor.

Saga Sobreviviendo a un Asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora