[19]: Hablo Con Afrodita Y Me Da Una Misión.

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Nerissa Rousseau
❛Hablo Con Afrodita Y Me Da Una Misión.❜

Caminamos un par de kilómetros, y ninguno ha dicho palabra

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Caminamos un par de kilómetros, y ninguno ha dicho palabra. El silencio nos había rodeado y la verdad, lo agradezco. Desde que me encontré con mis amigos y regresé de la muerte, todo lo que creí extraño, ahora las acciones de principito tienen sentido.

Cuando me eligió para la misión, cuando empujó a cuernitos para sentarse a mi lado en el autobús, como a intentado hace conversación a cada rato y hacerme reír y la forma en que a estado jugando con mi mano desde hace rato.

Lo que me hace suponer que el lenguaje del amor de principito, es el contacto físico. Lo cual, es adorable.

Pero que Percy me guste no significa que vaya a actuar como una tonta enamorada. El me gusta y mucho, pero también debo ver la realidad; apenas nos conocemos. Solo nos habíamos visto en un sueño y casi no habíamos conversado sobre nuestros gustos y pasatiempos. El conoce un lado de mi y yo conozco un lado de él.

Tengo diez años, pero no soy tonta y si mi experiencia en mi antigua relación con James Davis me enseñó algo es; que no debo dejarme llevar siempre por mi corazón.

Como dijo mi abuelo: somos jóvenes y si nuestros sentimientos perduran hasta que seamos mayores, entonces nuestro destino es estar juntos.

Aunque aun me quedo con la duda de a que se refería con saber 'nuestro destino'. Pero eso lo indagaré después.

Por ahora no quiero que me salgan arrugas por preocupaciones futuras.

Al llegar a una gasolinera, nos acercamos a la cafeteria y la mueca en mi rostro debe ser muy visible por el bufido de listilla a mi lado, al ver el lugar. Es decente, pero no quiero decir que se vea higiénica. No pueden culparme al ser tan especial en ese aspecto, después de todo, nací y crecí ocho años en cuna de oro.

Llegamos a la puerta y Percy me abre la puerta, dejándome pasar primero. Siento mi corazón latir ante lo dulce que es. ¿Porque no hay más chicos así en el mundo? Debió ser criado por una reina.

Aunque últimamente a estado actuando muy... serio. Pero después le voy a preguntar.

Entro al establecimiento con una sonrisa falsa y observo alrededor. Todo tiene aspecto de ser para pueblerinos.

Ay, soné clasista.

Ni modo.

— Que caballero — escucho que le susurra cuernitos a principito atrás de mi y como este parece haberlo empujado por la risa baja que suelta cuernitos.

Chicos.

Una risa estridente hace que miremos hacia una mesa qué está al fondo y ahí esta, el gran dios con ropa de malote y mal estilo.

— ¿Que le vio tú madre? — me susurra mi listilla. Siento a los otros dos flaqueandonos.

— Creo tener la sospecha de lo unico que le interesa a Lady Afrodita de Lord Ares, pero eres demasiado joven para saberlo — le digo con una mueca y arrastro a mi principito conmigo a la mesa, siendo seguida por los demás.

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