03. horse riding

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Era sábado, estos días eran los peores porque me la pasaba tirada en la cama sin nada divertido que hacer. Hace rato mi madre me invitó a correr, pero siendo sincera, me daba flojera el ejercicio. Mi padre en cambio estaba arreglándose para ir a trabajar. Lo supe nada más al oler el tremendo perfume que se había echado.

Salí de mi cuarto para ir a buscarlo, lo encontré justamente apunto de abrir la puerta para irse. Rápidamente corrí hacia el lo que hizo que se detuviera.

— ¿Qué pasa? — preguntó confuso.

Apreté los labios — ¿Ya te vas?

Asintió.
— A mi trabajo, si.

Hice puchero — ¿Me dejarás sola? Probablemente vayas por cigarros y no vuelvas nunca más.

— Dios, me cachaste — se tapo la cara con una de sus manos, abrí la boca indignada y después el comenzó a reír mientras revolvía mi cabello — No estarás sola.

— ¿Ah no? — alcé las cejas.

— No — levantó un dedito — Cole vendrá a arreglar mi camioneta.

Tan solo escuchar el nombre suspire pesadamente. Cuando estaba apunto de espetar, mi padre me dio dos golpecitos en el hombro y sin dudarlo se despidió.

— ¡No, papá! — le grite al ver cómo corría a su
carro — ¡PA! ¡No me dejes sola con ese monstruo! — chille.

Antes de subirse a el coche de mi madre, me miro con diversión y se encogió de hombros. Sin tardarse ni un minuto, prendió el coche, acto seguido, arranco. Al ver como se alejaba, exclamé:

— ¡SOY ALÉRGICA A LOS RUBIOS!

— ¿Qué eres alérgica a qué?

Voltee enseguida a mi lado. Cole había llegado, estaba con su caja de herramientas en una de sus manos y me miraba con diversión. Supuse que había visto la escena anterior.

Rodee los ojos — Ash, ya llegaste — dije sarcásticamente.

Alzó las cejas — Uy, lo siento por estar en tu campo visual, pero apuesto a que tenías unas ganotas de verme.

Mi expresión de diversión se convirtió a una de desagrado inmediatamente provocándole una carcajada.

— Bien, pues me da igual si no querías verme, yo vengo a arreglar la camioneta de tu padre — dijo en un suspiro y volteó a todos lados — ¿Dónde esta?

Asome mi cabeza y la señalé — Allá.

Asintió después llevo de nuevo su mirada a mi.
— De acuerdo, pues me voy para empezar.

Comenzó a caminar hacia la camioneta, lo seguí con la mirada hasta ver cómo llegaba ahí. Apreté los labios por la idea tonta que estaba pasando por mi mente.

Di un paso afuera y cerré la puerta tras de mi, para después caminar hacia donde se encontraba el. Estaba agachado buscando algo en su caja de herramientas. Al notar mi presencia volteo enseguida, su ceño se frunció al instante.

— Hola otra vez — salude.

Me contemplo — ¿Hola...?

Saco una de las tantas herramientas que tenía ahora en el piso, y cerró su caja para centrarse en la camioneta. Busqué en donde sentarme, hasta que mis ojos capturaron nuevamente la caja de herramientas. La señale con mi mirada puesta en el rubio.

— ¿No vas a ocuparla? — pregunté.

Negó.

La tome, la hice a un lado en donde no estorbara y me senté encima de ella. Sinceramente no hubiera soportado mi peso si fuera de plástico, pero como era de material demasiado duro soporto. El rubio me miro perplejo.

𝙄 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙮𝙤𝙪, 𝙞'𝙢 𝙨𝙤𝙧𝙧𝙮  | Cole Walter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora