008"Algunos dicen que la suerte está más allá de nuestro control, que no somos dueños de nuestro destino, pero yo sé que no es así"
—Valiente
Cuando el grupo de Auradon llegó a la Isla de los Perdidos, la atmósfera sombría y opresiva del lugar no pasó desapercibida para ninguno de ellos. Apenas habían descendido del barco cuando notaron dos figuras familiares esperándolos. Eran Evie y Mal, ambas con expresiones de sorpresa al verlos allí.
-¿Qué están haciendo aquí? -preguntó Mal, frunciendo el ceño mientras se acercaba.
Evie también se adelantó, mirando a los chicos con incredulidad.
-¿Jay? ¿Carlos?
Antes de que Jay o Carlos pudieran responder, Bastian se acercó rápidamente a Evie, con el corazón latiéndole más rápido. Evie, al verlo de cerca, se sorprendió aún más, especialmente cuando vio la mezcla de emociones en su rostro.
-Evie... -Bastian murmuró, sin saber exactamente qué decir.
Por un momento, las palabras se quedaron en el aire, pero fue Lonnie quien rompió el silencio, cruzándose de brazos.
-Los obligué a traerme -dijo, encogiéndose de hombros-. No me iban a dejar fuera de esto.
Mal suspira, claramente exasperada por la situación, mientras Evie mantenía su atención en Bastian, aún sorprendida de verlo allí.
Mientras tanto, Jay y Carlos se dirigieron al maletero del coche que habían usado para llegar, abriéndolo para sacar las mochilas. Pero al levantar la tapa, se encontraron con una inesperada sorpresa.
Cuando Jay y Carlos abrieron el maletero, encontraron a Malcom acurrucado dentro junto a Chico, el perro que gracias a una poción mágica podía hablar.
-¿Malcom? -exclamó Jay con frustración.
-¿Qué estás haciendo aquí? -añadió Carlos, frunciendo el ceño.
-Quería ayudar -respondió Malcom, mientras intentaba salir del maletero.
Antes de que pudieran regañarlo más, Chico, que había estado hablando todo el camino sin que Malcom dijera nada, soltó alegremente:
-¡Ya era hora! Estaba empezando a sentirme apretado aquí dentro.
Malcom se detuvo en seco, sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de que no había estado alucinando durante el viaje; el perro realmente estaba hablando.
-¿Ese perro... puede hablar? -preguntó Malcom, su voz entremezclada con sorpresa y confusión.
Jay y Carlos intercambiaron una sonrisa, sabiendo que para ellos no era nada nuevo.
-Sí, Chico puede hablar -dijo Carlos con una sonrisa.
Después de que ayudaron a Malcom a salir del maletero, Jay le dio unas palmaditas en la espalda, pero Malcom se mantuvo serio, su atención desviándose hacia Bastian. Lo miró con una expresión tensa, intentando procesar la confusión en su mente.
Sin decir una palabra, Malcom continuó mirando a Bastian con desconfianza, preguntándose qué estaba sucediendo realmente entre él y Anlee. Jay y Carlos, por otro lado, intercambiaron miradas de preocupación, dándose cuenta de que algo más podría estar en juego entre ellos.
Rosalie y Ben estaban atados, sentados en lados opuestos del barco, sus miradas encontrándose ocasionalmente en un intento silencioso de consolarse mutuamente. A pesar de la tensión, no habían intercambiado muchas palabras, pero la preocupación en los ojos de ambos era evidente.
Uma estaba de pie, observando con una mezcla de determinación y frustración mientras esperaban que llegara la varita del Hada Madrina. Aunque su objetivo principal era romper la barrera que mantenía a todos los villanos atrapados en la Isla de los Perdidos, no podía evitar sentir una pequeña simpatía por Rosalie, a pesar de que venía de Auradon.
Rosalie, notando que Uma parecía menos hostil hacia ella que hacia Ben, decidió aprovechar la oportunidad para intentar entenderla mejor.
-Uma, sé que todo esto es para liberar la isla, para darle a todos la libertad que merecen -dijo Rosalie suavemente, tratando de no sonar acusatoria-. Pero, ¿estás segura de que esta es la única forma?
Uma se cruzó de brazos, mirando a Rosalie con una mezcla de sorpresa y curiosidad.
-¿Y qué otra opción tengo? Nadie en Auradon nos va a escuchar. Esta barrera es lo único que nos mantiene separados, como si fuéramos menos que ellos. Romperla es la única manera de que nos tomen en serio -respondió Uma, con firmeza, pero sin la dureza habitual en su voz.
Rosalie asintió lentamente, mostrando comprensión.
-Entiendo por qué lo haces, de verdad. Pero, ¿qué pasa después? Si la barrera cae, ¿no temes lo que podría ocurrir? Todo ese odio y resentimiento de ambos lados... podría acabar en algo mucho peor.
Uma frunció el ceño, pensando en las palabras de Rosalie. Sabía que había algo de razón en lo que decía, pero la desesperación por la libertad y la igualdad la había llevado hasta este punto, y no podía dar marcha atrás ahora.
-Solo quiero que todos en la isla tengan una oportunidad real, la misma oportunidad que tú y los tuyos tienen en Auradon.
Rosalie asintió, entendiendo más de lo que Uma había esperado.
-Tal vez podamos encontrar una manera de lograr eso sin necesidad de violencia o coerción -propuso Rosalie, su voz suave, pero llena de convicción tratando de poder convencerla mientras que Ben las mira a ambas con atención.
Antes de que Uma pudiera responder, Gil, interrumpiendo la conversación con su habitual emoción.
-Hey chicos, Llegaron
Uma respiró hondo y se preparó para el intercambio, pero las palabras de Rosalie seguían resonando en su mente. Por un breve momento, Uma dudó, preguntándose si tal vez, solo tal vez, había una manera diferente de lograr la libertad que tanto anhelaba.
Pero el ver a Mal llegar con todo un grupo de príncipes y princesas le hizo cambiar de opinión al momento.
Para Rosalie fue una sorpresa ver no solo a los chicos con los que había llegado a la Isla, si no que ver a Bastian, Malcom, Lonnie y Anlee fíe una verdadera sorpresa.
Pero la chica sabía que no importa lo que pasara en ese momento había mucha probabilidad de que empezara algo más que una simple charla, lo único que sabía era que iban a intercambiar los a ambos por la varita del Hada Madrina, pero la rubia quería creer que detrás de ese intercambio había algo más, quería pensar que en realidad no iban a intercambiar la varita.
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Sunshine Flower-Harry Hook
FanficRosalie siempre había sido el sol de Auradon La única hija de Rapuzel y Eugene, a quien el poder de la flor del sol le había sido heredado jamás imaginó poderse involucrar sentimentalmente con un pirata Hermosa portada hecha por @DreamsGraphics