Capitulo 1

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Capitulo 1 


—¡Jake, cariño!

—¡Voy mamá!

Cómo de costumbre, era mi primer día de clases luego de unas largas vacaciones de verano y por supuesto, voy tarde.

Tampoco es que me apetece llegar temprano y ser el primero en abrir el instituto, cosa que mi madre por otro lado, si le apetecía. Tenía ese pensamiento de que era mejor llegar temprano a cualquier lugar, algo que por supuesto no iba conmigo.

Aún así no quería ser testigo del mal carácter de mi madre, termine de arreglar mi mochila, salí rápidamente de mi habitación y baje las escaleras, para al final dar un enorme salto y caer justo en la entrada de la cocina. Mi madre se encontraba allí, y parecía estar de muy buen humor.

—Ya ¿Feliz? —dije, sonriendo sarcásticamente.

—¿Estás listo? Sam ya debe de estar por llegar.

Estaba arreglando algo de comida en una pequeña lonchera, lo que supuse era mi almuerzo.

—¿Cómo lo convenciste para que viniera más temprano de lo normal? —pregunte, mientras tomaba asiento. Cogí una manzana de la pequeña maceta del mesón y empecé a jugar con ella, pasándola de una mano a otra

—No fui yo, fue su mamá. Digamos que tuve una pequeña conversación con ella—me sonrió ampliamente—Toma, está listo.

Influencia de madres, siempre funcionan.

Le dedique media sonrisa, cogí la lonchera y la guarde en la mochila.

—¿Qué sucede? ¿No estás emocionado por tu primer día de clases?

—Mama, son las mismas personas con las que estuve el año pasado y es el mismo instituto, no es algo de otro mundo.

—Bueno, pero, aun así, deberías estar alegre—continuo, mientras tomaba asiento del otro lado del mesón—¡Veras otra vez a tus amigos!

¡Si claro, que emocionante! ¡Verles la cara a los mismos idiotas de cada año!

—Mama, con el idiota se Sam ya tengo suficiente, te lo aseguro—dejé de jugar con la manzana y le di una mordida.

—Deberías aprender a ser un poco más sociable, a veces te veo muy encerrado en tu habitación ¡Se te está yendo tu juventud!

—Mama por favor, no empieces...

—Pero es que—

El sonido de la bocina del auto de Sam había llegado desde afuera de la casa.

—Y esa es mi salvación de esta conversación—me levanté rápidamente de mi asiento y fui directo a la puerta principal.

—¡No te salvas de nada! ¡Hablaremos cuando llegues!

No le preste mucha atención a eso último, sabía que durante el día se le olvidaría de todas formas.

Cerré la puerta a mis espaldas, baje las pequeñas escaleras de la entrada y mire hacia el otro lado de la callé, donde efectivamente se encontraba el idiota de Sam dentro de su auto.

Sam es ese chico lindo y deportista que todas las chicas quieren, además de que su familia era algo adinerada. Era un poco más bajo que yo, de metro ochenta, cabellera rubia y ojos azules, vaya que era guapo el idiota.

Y si, era mi mejor amigo.

La mayoría de nuestra infancia la pasamos juntos, ya que nuestros padres se conocieron desde que apenas podíamos gatear y eso pues no convirtió en familia, prácticamente.

Lo Hice Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora