Prólogo

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Advertencia: Esta historia contiene temas que van a perturbar la sensibilidad del lector. Se recomienda discreción.

***

— Una princhipecha. —Dijo una dulce niña de cabello lila mientras se veía en el espejo.

— Princesa. —Su abuelo le acarició su cabello, ese maldito cabello que había heredado de ese bastardo.

— Sí~. —Era la respuesta de la niña, sin notar los pensamientos de su abuelo pues estaba encantada con su nuevo vestido. Los vestidos eran bonitos— Eli princhecha~.

— ¿Sabías que tu padre tiene un título nobiliario? —Le colocó su tiara.

— ¿Título nobi? —Repitió, sin entender.

— Nobiliario. —La corrigió— Es algo que tienen los nobles, como las princesas.

— Soy una princhecha, y papá mi princhipe. —Proclamó la niña con una sonrisa.

— Una muy hermosa. —Acomodó su tiara.

— Princesa bonita. —Y viendo que su peinado estaba listo, Elizabeth se dio la vuelta y besó la mejilla de su abuelo— Eli quiere a abuela.

— Pero ¿Sabes qué más quiere abuela? —Le preguntó el omega, causando que Elizabeth parpadeará, sin saber la respuesta— Que seas toda una dama, una recatada, que sepa su lugar y sea muy bien educada, así todos querrán a Eli.

— ¿Una dama es una princhecha?

— Sí, una perfecta dama. Papá te querrá si lo eres.

— Eli quiere a papá.

— Por eso debes ser recatada, no hablar de más, y mantener una tierna sonrisa.

— Mm. —Asintió, tomando en cuenta las palabras de su abuelo— Eli no habla mucho.

— Y debes ser una buena omega para que te cases con un buen alfa.

— ¿Como mamá con papá?

— Sí... Te casarás de grande.

A lo que Elizabeth asintió, pero lo miró, algo inquieta— Abuela, mamá da miedo. No quiere a Eli.

— No sabe demostrarlo. —Peinó su cabello, arreglando un par de rizos rebeldes— Pero eso no importa, papá te debe querer.

— Papá con hermanos, y no tiempo para Eli.

— Pero cuando lo tenga, debes aprovechar.

— Mm...—Asintió, pensando en eso.

— Es por tu bien. —Besó la mejilla de la pequeña omega.

— Quiero a papá y a abuela~. —Disfrutó de los mimos de su abuela.

— Y para que sigamos queriendo a Eli, ella debe ser una dama.

— Eli princhecha, como una dama. —Le respondió, muy emocionada— ¿Abuela quiere a Eli?

— Te quiero, pero si eres una dama. —La condicionó.

— Eli una dama, porque es princhipecha.

Esta es la historia de una princesa...

No hay un final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora