Blitzø veía la pantalla de aquella computadora, se sentía demasiado estúpido estando sentado frente a ese link de aquel anuncio, que seguramente sería uno engañoso.
"Cómo enamorar a alguien que parece que no le gustas, ¡click aquí para más informaci...
"Yo me enamoré de sus demonios, él de mi oscuridad. Éramos el infierno perfecto."
Mario Benedetti
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Nunca había estado sufriendo por algo o alguien, nunca fue de ese tipo que entregará cuerpo y alma a una relación a sabiendas que todo lo bueno termina, la mente la tenía fría, solo un rato de transacción y una pizca de diversión alocada de una noche, el efecto siempre había sido el contrario.
Pero como se dice "el karma existe". Esa vez había sido su turno de pagar, de quedarse quieto en el sofá con el teléfono prendido adjunto a una foto de fondo de aquel causante de sus incógnitas, dueño de su malestar más grande. Lágrimas frías cayendo por sus mejillas con resignación, era la primera y posiblemente única vez que aquel sofocante sentimiento le estaba cazando tal cual depredador a su presa, ese sentimiento tan estúpido del cual Moxxie le había hablado tiempo atrás cuando recién estaba saliendo con Millie y sus inseguridades de no gustarle lo suficiente a ella lo consumían.
"No seas patético, Moxxie"
Recuerda tan claramente esas palabras que habían sido provenientes de su misma boca. Había pasado una semana desde su último intento, Millie y Moxxie lo habían convencido de ir al festival. A rastras y algunos argumentos que lo habían orillado a aceptar era lo que hacía que en ese momento se encontrará limpiado la camioneta para poder ir con todos al día siguiente
Termino de pulir el volante con aquel pedazo de tela, sentándose allí mismo en el asiento principal sin saber que exactamente hacer después, era raro, era confuso el aún seguir evaluando y procesando esos sentimientos, adaptarse a ellos había sido un total desafío y aún más en cuenta que estos no tenían ningún proposito, destinados a volver a ser guardados y hasta cierto punto enterrados e ignorados. Con flojera volvió a subir hacia el apartamento donde al ingresar pudo ver a Loona que tenía su mirada clavada como de costumbre en el teléfono, ésta en cuanto escucho a su padre entrar se le fue imposible no levantar la mirada contemplandolo.
– Seré sincera, te guste o no, tienes que aceptar que lo de Stolas y tú ya es caso perdido.– Esos ojos eran tan indicativos que la loba soltó su opinión en cuanto los vio perdidos en un punto cualquiera.
Blitz se relamio sus labios, mirando a su hija en un intento de sonar seguro.
– ¿Stolas y yo?, ay por favor, no todo el mundo gira entorno a ese bastardo mimado, además, es claro que no es la única cloaca en todo el puto infierno que me pueda joder, alucinas muy barato, ya..ya lo superé.– cruzándose de brazos tiro una risa nerviosa por su comisura la cual vaciló más pronto de lo que previo.
Loona río suavemente.
– Si claro, tal vez no todo el mundo gire en torno a él, pero por lo menos en tu mundo sí.– Curveo su rostro con obviedad.– Te lo dijo Millie, Blitz, desde un principio de echo, Stolas te gustaba desde el festival pasado, así que yo digo que sí está pasado un poco de verga que tú digas eso, te lo dije hace no mucho Pa, me importas y ya no es tan divertido verte así por culpa no mía.– Apago su móvil poniéndolo en el desayunador.
