enfermo

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Joao Félix caminaba hacia su apartamento, exhausto tras el emocionante partido entre el Atlético de Madrid y el Barcelona. Con un gol suyo, el Barcelona había ganado 1-0. Y por fin sentía que la presión y la tensión que estaba sintiendo desde el verano pasado se calmaba un poco. Sin embargo, a medida que cerraba la puerta de su hogar, una fiebre repentina lo envolvía.

Se sentía enfermo.

— No puede ser... no puede ser que te enfermes ahora... — murmuró cansado, prosiguió adentrarse a su cuarto y alistar una pijama mientras se daba una ducha fría a ver si se le quitaba el malestar que sentía.

Se baño y se puso su pijama, fue a la cocina a ver si encontraba algo que lo aliviarse.

Y no, efectivamente no encontró nada.

Se acercaba la medianoche, sintiéndose débil, Félix decidió llamar a Joao Cancelo, su compañero de selección y con el que sentia en más confianza.

— Cancelo... — La voz débil del portugues menor resonó en el teléfono mientras explicaba su malestar al mayor.

— Calmate Mô, voy para allá, me demoro un poco voy a comprarte algunas cosas en la farmacia.

— Esta bien, voy a dejar la puerta sin seguro para que entres.

Entonces João Cancelo se apresuró para llegar lo antes posible al apartamento del menor.

Al llegar, encontró a Joao Félix postrado en la cama, luchando contra la fiebre.

— Menino te traje un té y también pastillas para el dolor — Se sentía bastante nervioso en esta situación teniendo al menor mal de salud, se le notaba en la cara lo enfermo que estaba. Con cuidado el mayor se sentó al lado suyo de la cama.

— Yo ya estaba enfermo en el partido — Confesó

— ¡João Félix Sequeira! Que carajo te pasa — Le dijo exaltado, joder dios, no se podía creer que el chico jugó enfermo

— Tenía que jugarlo, ellos no me iban a perdonar — hablo con desánimo

— Bueno ya... Lo importante es que gracias a ti, mô, ganamos. — le rebolvio el pelo. Pero no podía evitar sentirse triste por el chico y toda la presión que estaba sintiendo en sus espaldas, él perfectamente lo entendía. — Solo no vuelvas hacer la locura de jugar enfermo. Ahora terminate el té y tómate las pastillas.

— Perdón por hacerte venir a estas horas — le dijo apenado

— Tonterías Félix.

Cancelo salio de la habitación y luego volvió trayendo una taza grande con hielo y un paño. Era hora de poner a prueba lo que había aprendido de su mamá en esta situación. Remojo el paño en el agua fría y lo exprimio luego se lo puso a João Félix en la frente.

Se disponía a salir del cuarto luego de eso. Hasta que escucho la voz del chico. — A donde vas?

— Voy a quedarme en el sillón — le respondió como si fuera lo más obvio del mundo

— Quédate conmigo por favor

— Bueno, bueno, ya quita esa mirada. Solo porque estas enfermito, caprichoso. — Joder, esa respuesta era por los nervios que sentia.

— ¡Oye! Yo no soy caprichoso

— si lo eres... — le dijo mientras se metía en la cama, que hoy iba a compartir con el — Ahora duérmete — le dio un beso en la frente a Felix y este se acurrucó encima de él. Se le hizo super tierno — En la mañana llamare a Xavi explicándole a situación

La noche se deslizó entre risas y anécdotas compartidas hasta que João Félix soltó un gran bostezo y se iba quedando dormido encima de su mayor.

Quizá después de todo estar enfermo no había salido tan mal.

one shots cancelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora