Ho detto loro che l'avrei preso prima della settimana ed eccolo qui, bevendo dal mio cuore e segnandolo com'era in me.
Mi cuarto se encuentra decorado como me gusta, los muebles que compró Cristopher se ven bien, por fin algo digno de mí.
Termino de colocarme gloss para ir a la oficina de La bestia que pidió verme.
Me prometí no forzar los encuentros, si embargo quien no me deja de buscar y llamar es Morgan.
La última vez compartimos una caliente seción de besos donde el me tenía acorralada entre su cuerpo y la puerta, lo dejé tocar y besarme.
Las caricias iban desde mis caderas hasta mis glúteos, el muchacho para nada tonto frotaba mi cuerpo contra el suyo y amasaba mis pechos tratando de saciarse de mí.
—Mmmmm Coronel— gemia en su oído.
Me encantaba provocarlo y sin perder el tiempo también toqué todo lo que quise, lo besaba, mordía y chupaba hasta donde su ropa me permitia, su mentón y cuello eran atacados por mí.
Era una guerra de placer por ver quien tenía el control, sin embargo no pudimos pasar a más, pese a lo mucho que mi cuerpo pedía tener sexo con él.
Si en verdad quería ser trascendental para Morgan debía hacerlo desearme hasta más no poder.
Ser lo primero que piense al despertar y lo último al dormir, mostrarle lo que puede tener Pero también lo que puede perder, darle de probar sin servirle el plato completo.
Voy a su oficina y antes de entrar consulto con la secretaria con la excusa de entregsr unos documentos, Celine aún dice que debo fingir ser buena con los demás.
—El coronel se encuentra en una reunión con el ministro.
— Esperaré, gracias.
Aburrida tomo mi teléfono mientras espero, verificando que no hayan cámaras que me apunten abro el chat de Antoni.
A.M
No sabes cuánto te extraño y lo mucho que te necesito.
Mucho?
Si te portas bien iré a visitarte amore, también te extraño.
Eres una mentirosa, ni siquiera te agrada Antoni.Pero jugar con el es divertido, nos deja satisfechas.
Tengo grandes expectativas con Morgan, sentiste como nos acorralaba, me hubiera encantado que me tomara del cuello y ...
—Señorita el coronel quiere que pase.
—Está bien.
Tomo las hojas blancas que hay en la carpeta y hago como si las revisara, las ordeno y vuelvo a guardar en la carpeta.
—Suerte, espero que el informe esté bien— me dice Laurens
—Gracias, ojalá que si de lo contrario capaz no sobreviva—le digo de manera amable, fingiendo nerviosismo.
Al tocar la puerta recibo un adelante y al entrar los gritos sesan.
Ambos hombres que parecieran ser la versión madura y joven del otro, me observan de pies a cabeza.
—Disculpen, Coronel, Ministro, me dijeron que podía pasar— lo digo con un tono amable
Ambos me comen con la mirada, mis pechos inconscientemente se ponen duros y la excitación llega a su cúspide cuando mis pezones se marcan en el uniforme que me queda a la medida.
Cristopher hace una tos falsa y le pide a su padre que se retire, que tiene cosas que hacer.
El ministro se acerca y con una sonrisa se despide de mí no sin antes decir en voz baja.
—Lamento no haber sido yo quien la recibió ese primer día sargento RicciSolo le brindé una Sonrisa coqueta ante la cara de perro que mostraba Cristopher.
—No quiero verte cerca de él.
—¿A si? Y por qué mejor no me dices como es que quieres verme— le digo mientras me acerco a el y me siento en su escritorio.
Él se acomoda quedando entre mis piernas.
— Hueles tan bien— comienza a dar besos húmedos en el cuello—Me muero por tenerte.—Cuando se altera el orden del proceso ya nada sirve Cristopher.
— ¿A qué te refieres?
—Que tal si después del trabajo fingimos ser una pareja vainilla— Vuelvo a tomar sus labios.
Cuando el beso termina la voz ronca de Cristopher me eriza la piel.
— Depende ¿Terminaremos la noche en mi apartamento follando?—Me encanta esa idea coronel.
Otra gran ventaja con Sarah para Cristopher era que compartían el mismo humor con Cristopher.
Aunque las actitudes manipuladoras de la femenina serían su perdición.
NOTA
Denle mucho amor a este capítulo así subo la parte 2.
Con esta frase me despido lentamente,
La segunda parte se viene candente...
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Profano
FanfictionCeline Ricci logró domar a las peores bestias: Cristopher Morgan cayó en sus encantos enamorándose perdidamente. Antoni Mascherano se cegó ante su belleza obsesionadose con ella. Se suponía que Ilenko Romanov sería su verdugo y terminó en su cama. T...