Extra I

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Cerca de las 5 a.m. sus cuerpos terminaron de ceder y cayeron dormidas, abrazadas buscando calor en la otra.

Shuhua fue la primera en despertar.

La fuerte luz de afuera le impedía abrir los ojos, junto con el dolor de cabeza que sabía que tendría luego de beber la noche anterior.

Terminó de abrirlos cuando se dio cuenta de algo fuera de lo normal.

Primero, estaba abrazada a un cuerpo en su cama, segundo... estaban desnudas.

Se sentó en la cama moviéndose más de lo necesario, despertando a Miyeon en el proceso, tomó rápidamente la almohada abandonada a un lado para cubrirse con ella.

—¿Shuhua...? —Murmuró una somnolienta Miyeon mientras se frotaba los ojos —¿Qué hora es...?

Miyeon se sentó en la cama, aun con los ojos medios cerrados, antes de abrirlos y tomar conciencia de la escena.

Ella sentada con todo su tórax descubierto, y Shuhua totalmente sonrojada cubriéndose con la almohada, los recuerdos de la noche anterior golpearon rápidamente su me mente, cubriéndose con las sábanas.

—L-lo siento mucho Miyeon —dijo nerviosa —, anoche me descontrolé con el alcohol, esto no debió pasar, yo-

Shuhua intentó excusarse, con miedo de enfrentar sus sentimientos estando sobria.

—¿Entonces me mentiste diciendo que sentías lo mismo que yo por ti? —preguntó tranquilamente Miyeon.

Miyeon no se sintió ofendida con la reacción de Shuhua, la conocía bastante bien, y sabía que esta intentaría negar las cosas por la mañana y prefirió recordarle que sus sentimientos eran mutuos.

—Yo... —comenzó a decir Shuhua — no mentí.

Miyeon le regaló una cálida sonrisa, acercando su mano al cabello de la otra chica para acariciarlo.

Los brazos de Shuhua terminaron por dejar la almohada a un lado, prefiriendo abrazar a Miyeon en su lugar, ocultando su rostro por vergüenza, Miyeon volvió a acostarse llevándola consigo.

Sus cuerpos tenían una capa de sudor ya seca, la cual no les impidió que se acariciaran y besaran, no sentían el calor sofocante de la noche anterior, en cambio todas sus acciones estaban llenas de ternura.

Cada una se encontraba en su propio mundo, fascinada con la forma del cuerpo de la otra, querían conocerse cada centímetro.

Miyeon estaba feliz de poder besar una y otra vez las mejillas de Shuhua, y Shuhua estaba feliz de no tener que alejarse dejar salir su sonrisa.

Permanecieron acostadas un buen rato hasta que el estómago de ambas comenzó a rugir, recordándoles que ya deberían estar desayunando.

No querían fijarse en la hora, ninguna prestó atención a sus teléfonos, querían aprovechar el tiempo que les quedaba juntas.

Ambas estaban preparando sus desayunos cuando Miyeon recordó algo y volvió a la habitación, tomó el osito en sus manos y volvió donde Shuhua.

—¿Está todo bien? —preguntó cuando la vio llegar.

—Si, si —respondió rápidamente Miyeon —, ayer no me atreví a dártelo, pero... traje este peluche para ti.

Shuhua la miró sorprendida.

—Pensé que era tuyo —dijo.

—Lo compré hace unos días pensando en ti.

Shuhua dejó las cosas a un lado y tomó el osito de peluche en sus manos, viéndolo con admiración.

—Gracias —dijo abrazándolo.

Miyeon besó su frente y continuo con lo que dejó Shuhua pendiente, mientras ella seguía jugando con su nuevo peluche con una gran sonrisa.

—Acabo de recordar —dijo Shuhua, mirando a Miyeon.

—¿Qué cosa?

—¿P-por qué trajiste un pepero? —preguntó con un leve rubor.

—Oh... lo había olvidado —respondió —, pensé en que te gustaban y... fue en realidad un impulso tonto, imaginando que... tal vez tu y y-yo...

Una llamada entrante para Miyeon interrumpió la conversación, los teléfonos de ambas habían quedado abandonados en la habitación de Shuhua por lo que fue a buscarlos. La llamada se cortó en solo unos segundos, dejando la pantalla encendida y notando los mensajes sin leer que tenía de Soojin.

No iba a darles importancia si no fuera porque la llamada también era de ella.

"Que tal estuvo la noche?"

"Aun estas viva o debo buscar un ataúd"

"Lo descubriré yo misma"

"Estoy afuera, ven a abrir"

El último mensaje era de hace apenas 2 minutos.

Miyeon rápidamente se levantó para abrir la puerta, asustando a Shuhua en el proceso. La puerta estaba a solo unos pocos metros de ellas, por lo que una vez abierta, Soojin fue visible para ambas.

—Vine a recoger tu cuerpo en caso de que realmente te Shuhua te hubiera asesinado, pero...—Soojin la analizó, dejando salir una creciente sonrisa —, veo que no es necesario.

—¿Jinjin? ¿Qué haces aquí? —dijo Shuhua levantándose.

—Tenía que asegurarme de que ustedes, par de idiotas, no desaprovecharan su oportunidad —dijo en tono de burla.

Las dos chicas se miraron notoriamente nerviosas, intentando apagar sus pensamientos de como "aprovecharon" la oportunidad.

—Aunque... —comenzó a decir nuevamente — no pensé que llegarían lejos tan rápido.

Dijo esto último mirando atentamente el cuello de Miyeon con una ceja alzada.

Con los recuerdos aún frescos Miyeon se paralizó en sospecha de lo que significaba eso, sintió como se sumaba la mirada de Shuhua en ella, quien rápidamente se sonrojó.

Olvidó por completo verificar su estado frente al espejo.


Pijamada [MiShu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora