Extra II - Sana

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Sé que está mal, insistirle en vernos solo debe molestarla y puede que arruine nuestra amistad, pero tampoco quiero rendirme tan fácilmente con mis sentimientos.

Pero finalmente accedió.

Quedamos en que pasaría por ella a su trabajo en su hora de colación, aunque fuera un corto periodo de tiempo me bastaba.

¿Cuándo comencé a sentirme así? Tal vez fue desde siempre.

Miyeon siempre fue cercana con sus amigos, pero conmigo había una conexión especial, todos lo sabían, incluso ella, pasé años acostumbrándome a eso hasta que me di cuenta de que estaba enamorada de ella.

Su hermosa sonrisa, sus gestos, su costumbre de siempre acomodar su pelo detrás de su oreja, cada detalle en ella me cautivaba. Y ahora a penas he podido verla.

La última vez fui sincera por primera vez sobre el como me siento, pensé que quizás ella también sentía lo mismo.

Me equivoqué.

Su mirada de pánico y culpa dejó una gran grieta en mi corazón.

Solo una gran pregunta rondaba por mi mente. 

¿Por qué?

Sé que no tiene a nadie mas cercana que yo, nadie con quien encaje tan bien que conmigo, entonces. ¿Por qué no intentarlo? quizás el amor surja en algún punto, y si es que no, al menos quedaré conforme por haberlo intentado.

Ya casi era la hora, me encontraba fuera del edificio donde Miyeon trabajaba. 

"Ya estoy aquí" le escribí

"Bajo en un minuto"

Un minuto que se hizo eterno con lo nerviosa que me encontraba.

―Hola ―dijo con una sonrisa en cuanto apareció, agitando su mano en señal de saludo.

―Hola ―le respondí de la misma manera.

Caminamos casi en silencio a una cafetería cercana, la plática ocasional consistía en Miyeon quejándose de lo aburrido que a sido el día en su trabajo.

Nos sentamos en un rincón alejado para poder hablar tranquilamente, pedimos un par de cafés y algunos postres. No es una colación muy adecuada para Miyeon pero al menos podrá sobrevivir el resto del día sin pasar hambre.

Miyeon estaba bastante tranquila, mensajeando a quien sabe quien con su celular. Una discreta risa se escapó de sus labios y pude ver un brillo de felicidad en sus ojos.

―¿Que tal has estado? ―le pregunté.

Miyeon dejó rápidamente su celular de lado para mirarme a mi.

―Bastante bien la verdad ―respondió, con un toque de nerviosismo. ― ¿Qué hay de ti?

Me tomé unos segundos pensar en como responder.

―No he podido dejar de pensar en lo que pasó ―dije sinceramente.

Mi mirada se dirigió a sus manos que ahora jugueteaban nerviosamente entre ellas

―¿Podemos...? ―comencé a decir.

―Hay algo de lo que debo hablarte ―terminó ella primero.

Nos miramos a los ojos, mientras que era consiente del miedo que había en los míos, sus ojos reflejaban cariño con un toque de tristeza. 

Las cosas no saldrán como esperaba, lo sabía, aún así quise tener esperanzas.

Pijamada [MiShu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora