-Chicos, ¿soy el único que se está sintiendo cómo mareado? - La voz de Mateo sonaba apagada y de manera curiosa.
-Recárgate en mi, tu también Ángel; te estás poniendo pálido - Daniel comentó preocupado por sus hijos adoptivos.
-Me siento mareada - Trina y Luisa comentaron al unísono mientras sus visiones se volvían borrosas y caían al suelo.
Los otros qué estaban cerca de los protagonistas se empezaban a desvanecer con muecas de miedo a excepción de aquel rubio que iba a caballo, el fondo y el suelo se fundieron y se volvieron negro. Unos momentos después el escenario se volvió blanco y tomaba forma; unas sillas aparecieron de la nada, 5 sillas formadas en línea recta, enfrente de ellas una silla de madera con hermosos acabados y en medio de estas una larga mesa en dónde aparecieron deliciosos platillos, 5 platos enfrente de cada silla con el nombre de cada personaje. Alrededor de la mesa surgió una televisión, unos muebles y un largo librero repleto de novelas, cómics y películas.
La sala era iluminada por la cálida luz del astro rey que se colaba perezosamente por las ventanas.
Los muchachos aparecieron dormidos en un rincón y se despertaron al sentir aquel suelo frío.
-¿Dónde estamos? - Daniel habló asustado al ver aquel extraño lugar, sacudió levemente a los demás para despertarlos ya que roncaban a pierna suelta.
Se fueron desperezando poco a poco y miraron asustados y confundidos aquel lugar.
-¡Comida! - exclamaron emocionados Ángel y Mateo e intentaron salir corriendo pero fueron detenidos por Luisa que los tomó del cuello de sus camisas.
-Marikos, ¿A dónde creen que van? - Les regañó evitando que corrieran a la comida.
Sus caras de tristeza al ser detenidos me causó mucha gracia y me reí por lo alto haciendo que todos se asustarán, decidí materializarme frente a ellos para darles la bienvenida.
-Bienvenidos a mi pequeño espacio recreativo - Les señale el lugar mientras materializaba un bastón para señalarles el lugar -. Mi querida Luisa, déjalos comer, para eso está la comida; vengan chicos, hay un plato con el nombre de cada quién -. Luisa los soltó y corrieron a la mesa en busca de su plato.
Detrás de ellos iba Daniel y Luisa con mirada desconfiada, Trina se había quedado en el rincón donde se habían materializado, me le quedé viendo fijamente y al sentir mi mirada me la devolvió con molestia.
-¿Por qué me trajiste aquí?, ¡No ves que me estaba deleitando la mirada con aquel guapo extraño! - Me recriminó está mientras se paraba y se acercaba a mí, tenía que doblar hacia arriba para poderme mirar a los ojos.
-Por el momento no les diré el porqué, ¡pero a lo que yo vine fue a esto! - Dije y acto seguido agarré vuelo para meterle un zape en la cabeza a Trina, una mirada de satisfacción surco mi rostro y solté una carcajadas -. Esa es por escaparte al bosque y por tu comportamiento berrinchudo -. Me di la vuelta y me dirigí a la mesa a comer con los demás.
Una vez que todos estaban sentados en la mesa les empecé a servir de comer sus platillos favoritos. A Mateo le serví unos tacos de discada y un vaso de refresco bien frío, para Ángel le serví una gran ración de paella, unas arepas de queso y un café caliente para Luisa, una hamburguesa doble con su refresco y unas rebanadas de pizza para Trina.
-Adelante chicos, coman con confianza -. Les hice un gesto para que probaran sus comidas favoritas.
-¿Dónde se supone que estamos? -. Me interrogó Daniel con confusión mientras daba una mordida a su hamburguesa.
-¡Oh, eso es fácil mi querido!, estas en donde todas las historias se juntan pero a la vez todas están alejadas, estemos en un todo pero también en la nada -. Le respondí con calma mientras hacía un ademán con la mano en donde se podía ver a través de unos mini portales algunas escenas: en una se veía a un chico pelirrojo vestido de Drag subiendo a un escenario, en otro se veía a una deidad de aspecto esquelético sosteniendo un bebé, en otro a una chica de cabello rojo como el fuego siendo secuestrada por lo que se veía como un hombre lobo, unos dinosaurios corrían por otro portal, un conejo rosa y un sujeto discutiendo se veía en otro portal, había miles de portales más.
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La sombra en la tormenta
RandomEstá es una historia original y no puede ser producida o alterada. Uno buscaba sentirse util y ayudar a todos lo que se le atravesaran, el otro buscaba controlar y ganar poder pisoteando a los demás. Mientras que uno quería ser de provecho el otro...