-Mateo, despierta -. Lo sacudí suavemente mientras susurraba con el afán de despertarlo -. Hey, despierta -.
Al ver que abrió los ojos rápidamente le tape la boca para evitar que sus gritos despertaran a los demás.
-Shhhh -. Chisté para tratar de calmarlo, esperaba que el ojos no se notara el miedo -. Voy a retirar mi mano de tu boca, pero no grites -. Trate de decir con calma mientras retiraba mi mano de su boca.
-Gracias Dan -. Dijo con una sonrisa apenada.
-¿Pesadillas otra vez?
-Así es, esta vez fue con Pablo en donde... -. Respondió esté antes de que lo interrumpiera.
-¡Vaya!, debió ser una pesadilla en extremo horrible -. Una sonrisa surcó mi rostro y use toda mi fuerza de voluntad para evitar reír y no despertar a los demás.
-No es gracioso Daniel -. Dijo con cara de pocos amigos -. Es sobre lo que paso antes de que escaparamos del campamento.
-Oh vamos Mateo, sabes que él no era un buen tipo, ¿quien en su sano juicio encerraría a su novio en un mundo en donde aprender a sobrevivir es de vital importancia? -. Alegue algo molesto.
-N-no es ver-verdad -. Tartamudeo avergonzado mientras apartaba la mirada.
Decidí no hablar más en el tema cambiando tema -. Entonces... ¿Qué vamos a hacer en la mañana?, ¿A dónde vamos a ir?
-No sé, tengo entendido que hay un campamento en la antigua Ciudad Real.
Observé cómo Mateo se levantaba de donde estaba y bajó a la cocina y lo empecé a seguir -. ¿A dónde vas? -.
-Solo necesito caminar un poco -. Respondió en voz baja mientras se alejaba al pasillo.
En la cocina seguimos platicando pero nos distrajo un fuerte ruido proveniente del exterior. Corrimos hacia el comedor y nos asomamos levemente a la ventana y vimos unas sombras saliendo de la casa de enfrente cargando varias bolsas.
-Mierda, son carroñeros -. murmure amargamente mientras apartaba a Mateo del lugar -. Tenemos que huir de aquí. Quedate un momento aquí guardando más provisiones en lo que despierto a los demás.
-No, yo los despertare mientras tú guardas las provisiones -. Dijo poniendo mala cara.
-Hostias, pero que mala leche tio. Pero está bien, yo guardaré provisiones -. Me queje mientras Mateo subía como flecha para despertar a los demás.
Empecé a guardar todo lo que pareciera ser útil en la cocina, latas de conserva y botellas de agua, de rato escuche pasos en la planta alta y algo de ruido enfrente de la casa, haciendo que corriera a ver y para mi temor vi como los carroñeros trataban de forzar la puerta.
-Oh mierda -. Murmure al verlo. "Debería haber agarrado el arma, Luisa date prisa y baja", suplique mentalmente y tenía la esperanza de que el mueble los detuviera un poco más.
-Salgamos por la puerta trasera -. Dijo Luisa -. Antes de que... -. Al instante nos quedamos congelados al escuchar los gritos de los Follias que fueron atraídos por el escándalo causado por los carroñeros.
Salimos en estampida por la puerta trasera y corrimos en dirección al bosque cercano. El rugido de los infectados, el sonido de las armas de los carroñeros y los gritos de los que estaban siendo devorados.
-No paren por lo que más quieran -. La voz de Luisa estaba llena de terror -. ¡Chamos muevan ese culo!.
Las balas de Luisa surcaban nuestro alrededor y caían certeras en los infectados logrando que cayeran al suelo. Seguimos corriendo con los gritos desesperados de los carroñeros a nuestras espaldas al ser devorados.
ESTÁS LEYENDO
La sombra en la tormenta
DiversosEstá es una historia original y no puede ser producida o alterada. Uno buscaba sentirse util y ayudar a todos lo que se le atravesaran, el otro buscaba controlar y ganar poder pisoteando a los demás. Mientras que uno quería ser de provecho el otro...