Un bebé en los planes de Yeonjun era muy poco probable, sin embargo aquellas tres pruebas salieron positivas, aun si tenía esperanza de que no fuera el hecho de que tendría que cargar con otro ser en su vientre. Todo gracias a su "solo la puntita" d...
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Estar en la sala de espera, sentado junto a su madre, era nuevo, sin embargo, era algo que lo hacia sentir bien.
Ella sostenía su mano, con todo el cariño del mundo que podría transmitir, al mismo tiempo, Yeonjun recargaba su cabeza en el hombro de ella. De alguna manera, aquel momento le hacía recordar a los momentos del pasado, cuando de pequeño solía enfermarse y su madre lo llevaba al hospital, para poder asegurarse de que su hijo se sintiera mejor. Por un momento, habian retrocedido en el tiempo.
-Hace- hizo una pausa -unos catorce años o más, tan solo eran unos niños a los que sus madres cuidaban de todo peligro- acaricio la mejilla de su hijo -Antes, te llevaba al hospital por un dolor de estómago, gripe, golpe o algo más, pero ahora, te acompaño porque dentro de ti, hay otra vida.
Yeonjun sentía su corazón tibio con cada palabra que emitía su madre, parecía como si su corazón fuese abrazado, de tal manera en que podía sentir paz. Ella era tranquilidad; humildad y sobre todo, comprensión.
-Mamá- la miro de una manera tan pura, en la que parecía ser aun un niño pequeño -¿Me prometes que no me dejaras solo?.
Su madre lo miro con cariño, mostrándole sin siquiera decir nada, que definitivamente, lo haría.
-Amor, aun sin el apoyo o permiso de tu padre, tienes todo mi apoyo.
-Y el mío Yeonjun- Esta vez, hablo Beomgyu -Créeme, tú y el pequeño tendrán amor de sobra.
-Así es- dijo su madre -No voy a permitir que nada ni nadie los haga llorar, porque los amo, y quiero su felicidad.
Las voces de las enfermeras, quienes hacían su trabajo se escuchaban todo el tiempo, así también como el bullicio de algunas de las parejas que al igual que Yeonjun, se encontraban en espera de ser llamados por su médico. El lugar no estaba demasiado lleno como solía serlo, sin embargo, había movimiento por parte de los y las enfermeras, quienes entraban y salían de algunos pasillos o consultorios. Por otra parte, o se podía ver a personas con sus bebes, cuales, daban a entender, recién los habían tenido; también, se podía escuchar a lo lejos el llanto de los pequeños recién nacidos quienes se encontraban en una especie de cuartos en sus cueneros o encuvadoras, donde eran atendidos por las enfermeras antes de ser dados de alta por el medico a cargo.
-Choi Yeonjun -Se escuchó de repente.
-Soy Yo -levanto su mano.
Yeonjun se levantó lentamente de su lugar, tomando la mano de su madre, haciendo que esta repitiera la acción, es decir, levantarse de su lugar y seguirlo hacia la señorita enfermera quien en su mano tenía una tablita con hojas, y al parecer la tarjeta con la información del chico.
-Puedes pasar al consultorio cuatro, y si vienes con otros familiares, solo puedes entrar tres contigo- la enfermera le mostro una sonrisa amable y seguido le entrego su tarjeta.
