Un bebé en los planes de Yeonjun era muy poco probable, sin embargo aquellas tres pruebas salieron positivas, aun si tenía esperanza de que no fuera el hecho de que tendría que cargar con otro ser en su vientre. Todo gracias a su "solo la puntita" d...
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La sensación de amar a alguien no es lo mismo a la sensación de querer, son dos palabras diferentes con sensaciones distintas. Cualquier persona que hablara de amor podría poner como principal ejemplo a la persona que ama, incluso a su mismísima mascota, pero cuando se habla del amor hacia una amistad, se dice tal vez que ¿los amigos tienen sexo? Es posible que sí, pero ¿hay sentimientos de por medio? Cuando hay sentimientos entre dos individuos no hay porque llamar “amistad” a su relación, pero cuando solo uno de ellos es quien experimenta el éxtasis de amar solo se estaría lastimando a si mismo, por el hecho de que esa persona solo lo esta usando para saciar su sed de sexo. En esta relación tan complicada que llevaban Yeonjun y Soobin llamada “amistad” (pero con sexo) se sabía con antemano e incluso a primera vista los sentimientos que el pequeño y omega Choi Yeonjun sentía por su pareja de habitación, lo que Yeonjun no sabía era que Soobin aunque no lo quisiera aceptar también sentía algo por él, solo que Soobin sabia ocultar bien sus sentimientos y con algunas de sus acciones hacer saber a Yeonjun -aun sin decirle nada- que no quería algo serio. A Soobin le habían roto el corazón años atrás, por esa razón tenia miedo a enamorarse de nuevo, temía volver a salir lastimado por ello no aceptaba que había desarrollado sentimientos hacia el omega, que las burlas de su Omma Jimin cuando decía que él y Yeyo -porque así le decía de cariño- hacían bonita pareja comenzaban a gustarle, o incluso no aceptaba que le llegaba a molestar cuando Yeonjun le decía que saldría con amigos y entre ellos asistiría algún Alfa, por eso después de decir que estaría ocupado aparecía como por arte de magia, presentándose ante ellos como el mejor amigo del Omega al que comenzaban a coquetear.
Ambos Jóvenes, luego de la acción que tuvieron después de que Soobin diera aquella noticia de su despedida, habían terminado cansados, por lo cual no se pararon en ningún momento de la cama, incluso sabiendo que debían ducharse. Miraron series durante bastantes horas, abrazados, y con besos de intermedio mientras las series se transmitían en la pantalla. El omega quería detener el tiempo para así poder mantener aquel Alfa entre sus brazos, no quería que el momento de decir adiós llegara, porque sabia que aunque era solo un semestre, los días pasarían tan lentos al no verlo como estaba acostumbrado, le aria falta abrazar el cuerpo del contrario por las noches, sus sábados de maratón de animes, que aunque bien a Yeonjun no le gustara mucho el anime, le hacia feliz ver la emoción de Soobin al verlas, le aria falta sorprenderlo con sus postres y sobre todo su presencia, le aria falta él. Yeonjun se quedó dormido imaginándose el resto de los días sin Soobin mientras que este se quedaba viendo el resto de las series, se dio cuenta que su compañero dormía gracias al ronquido que este salió de él. -Yeonjun- movió un poco el cuerpo contrario- Yeonjunnie, ¿te dormiste? Observo durante unos segundos el rostro dormido de Yeonjun, apreciando cada detalle de él, desde sus labios, ojos, nariz, pestañas. ¿Siempre había sido atractivo? Observo su cabello, acariciando este con delicadeza, cuidando de que el omega no se despertara. ¿Siempre ha sido así de suave? Por último, acaricio su mejilla, apreciando lo suabe que era su piel ante el tacto de las yemas de sus dedos. Todo él, es decir, Yeonjun era como ver a la rosa más delicada del jardín de su padre, aquella única y diferente que necesitaba de cuidados especiales para que siguiera siendo la de los pétalos mas lindos y aroma único; que su única intención siempre fuera obligarte a mirarla, aun si no supieras que está allí.
