Prólogo

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Lunes 20 de Junio de 1995, Habitación de Harry, Privet Drive nº 4

Harry Potter tenía quince años, recién había llegado del viaje del Hogwarts Express, y estaba dormido, sumido en un sueño inquieto, en la horrenda casa de sus tíos muggles, los Dursley. Su habitación, pequeña y desordenada, estaba impregnada del aroma a comida grasienta que su tía Petunia solía preparar con tanto desdén. A través de la ventana entreabierta, el ruido constante del tráfico nocturno y el ocasional aullido de un perro callejero eran su única compañía.

De repente, un susurro etéreo y femenino le atravesó el sueño, despojándose abruptamente de la calma. La voz era suave pero firme, y estaba cargada de una energía que no podía ignorar. Harry se incorporó en la cama, el corazón acelerado, y en un movimiento instintivo, buscó su varita en la mesa de noche. La familiar textura de la madera le dio una pequeña sensación de seguridad. Pero al buscar en la oscuridad, se dio cuenta con creciente desesperación que la varita no estaba allí.

"¿Buscas esto?" La voz resonó cerca de él, acompañada de un tenue resplandor de luz mágica.

Harry parpadeó y vio una figura conocida sosteniendo su varita. Una mujer con el cabello rosa brillante y un rostro que, a pesar del contexto, parecía relajado y ligeramente divertido.

"¿Tonks?" La sorpresa era evidente en la voz de Harry, aunque la tensión aún no lo había abandonado por completo.

Nymphadora Tonks asintió con una sonrisa traviesa. "Sí, soy yo. ¿De verdad pensaste que despertaría a un mago armado en medio de la noche sin que éste esperará visita?Me hubieras hechizado a la primera oportunidad, porfavor soy una auror altamente entrenada, eso seria fallo de principiante."

Harry frunció el ceño. "Pero... ¿por qué estás aquí? Dumbledore dijo que este lugar era seguro. No entiendo..."

Tonks soltó una risa suave y casi burlona. "Ah, Dumbledore. Bueno, lo siento, Harry, pero parece que la seguridad que él te prometió no es todo lo que parece. No es que no te quiera seguro, pero el viejo a veces tiene una visión bastante limitada de las cosas. No te preocupes, te explicaré todo mañana. Lo que importa ahora es que debemos salir de aquí. Es peligroso."

Harry se quedó paralizado por un momento, sin saber si debía sentir alivio o confusión. "¿Peligroso? Pero... ¿dónde vamos?"

"Eso, querido Harry, lo averiguarás en su debido tiempo," respondió Tonks, mientras se inclinaba para recoger las pocas pertenencias de Harry que había dejado desordenadas en su habitación: sus cosas de Hogwarts, su Saeta de Fuego y, por supuesto, Hedwig, su fiel lechuza. "Ahora, ven. No hay tiempo que perder."

Lunes 20 de Junio de 1995, Ubicación desconocida

Con un movimiento decidido de su varita, Tonks conjuró un hechizo y el pequeño grupo, ahora reducido a Harry, sus pertenencias y Hedwig, se vio envuelto en un torbellino de luz. En un parpadeo, el oscuro dormitorio de los Dursley fue reemplazado por el interior de una casa grande, elegante y desconocida para Harry.

La casa era impresionante y majestuosa, pero la preocupación y el cansancio no le permitieron apreciar su belleza en ese momento. La noche había avanzado demasiado, y a pesar de la agitación que sentía, Harry sabía que no podía obtener respuestas de inmediato.

Tonks, viendo la confusión en el rostro de Harry, le puso una mano en el hombro de manera tranquilizadora. "Es tarde, Harry. Te prometo que te contaré todo mañana. Por ahora, trata de descansar. Estás a salvo aquí."

Harry, aunque lleno de preguntas y inquietudes, asintió lentamente. El sueño se apoderó de él una vez más, pero esta vez no en la oscuridad de la casa de los Dursley, sino en un lugar nuevo e incierto, lleno de promesas y secretos por descubrir.

LAS MAS OSCURAS COSTUMBRES DEL MUNDO MAGICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora