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—¿Estas seguro de hacer esto, Jade? —Raymond estaba preocupado por Jade, aunque nuestro chico de Meldea se sentía demasiado seguro
—Ray, tranquilo. Además tengo todo bajo control — respondio.
El llamado del capitán para que todos abordaran se escucho, las dos "Joyas" se despidieron y cada uno siguió con lo suyo.
Convencer a los padres de Raymond fue algo complicado, y era entendible, no conocían muy bien a Jade y temían a que hiciera algo.
Pero Raymond (y un poco Ariana) les hicieron ver que Jade no era ninguna amenaza, por lo que fue aceptado como el chaperón y cuidador de la reputación de la hija menor de los Amber.
El viaje fue largo pero no duro más de mucho tiempo. Jade llego justo un día antes del inicio de la temporada de debutantes en Galdeon — ¡JADE! —exclamaba una voz femenina.
A lo lejos estaba nada más ni nada menos que Francesca junto a su padre, el señor Grey Amber -He estado esperando su llegada, por fin nos conocemos Joven Meldea —saludo el jefe de la casa Amber —El placer es mio, Seños Amber — respondio al saludo
—Que emoción, no puedo creer que usted vaya a ser mi chaperón — Francesca estaba tan emocionada que no lo podía ocultar — Ahem, Francesca ¿Qué te he dicho?
—¡Oh, si! Señor Meldea espero que su estadía aquí en Galdeon sea la mejor, y estoy muy agradecida que usted sea mi chapero — se reverencio.
— Tranquila, no es necesario que sea tan formal conmigo —comento Jade.
—S-si —tartamudeo
—Bueno, no perdamos tiempo valioso. Por favor carguen el equipaje del Joven Meldea al carruaje — ordeno el Señor Amber a uno de sus criados que también iban con ellos
—Si, mi Señor.
Ya todo con todo listo, arrancaron camino hacia la casa principal. El camino no fue tan silencioso o incomodo gracias a la actitud de la joven chica quien siempre sacaba cualquier momento para preguntar acerca de la nación de su chaperón.
—Y cada final de año en honor a nuestros antepasados lanzamos al aire linternas, donde ponemos mensajes para el año que viene —explicaba el peliazul
— ¡Papá! ¡¿Podemos ir?! ¡Yo también quiero ver las linternas! — decía alegre
—No seria mala idea, además siempre me ha dado curiosidad conocer Marloe
—Si algún día visitan las tierras de Marloe, les puedo reservar una habitación especial en mi hogar, con mucho gusto — la conversación era agradable hasta que por fin llegaron a la mansión Amber donde un grupo de sirvientes y personal de la casa ya los esperaban.
