Glimmer [GL]

10

Gu Kexin colgó el teléfono y miró a Jing Yuan a través del espejo. Se volvió con una sonrisa de disculpa: "Lo siento, una amiga mía viene de visita. Tendré que cenar con ella más tarde".

Jing Yuan sintió un inexplicable alivio y asintió: "De acuerdo".

En realidad, no era muy habladora. Salir a solas con alguien significaba inevitablemente tener que charlar. Acababa de sentarse en el sofá, usando su teléfono para buscar temas de conversación con sus amigos. La miríada de respuestas la dejó abrumada y no pudo encontrar nada adecuado. Creía que con la personalidad de Gu Kexin podría mantener cualquier conversación. Aun así, Jing Yuan pensó que debía hacer algunos deberes por adelantado. Después de todo, era la primera vez en muchos años que quería hacer una amiga, aunque sólo fuera una conocida casual.

Quería prepararse, pero las respuestas en línea eran demasiado caóticas. No sabía qué elegir. Justo cuando se sentía preocupada, Gu Kexin habló, y el corazón de Jing Yuan volvió a su pecho, sintiendo un repentino alivio.

Gu Kexin no la hizo esperar. Sugirió a Jing Yuan que se marchara pronto y que su ayudante le enseñara los alrededores. Incluso le presentó a Yun Jie varias atracciones cercanas. Jing Yuan no quería salir sola, pero escuchaba atentamente. Mientras Gu Kexin hablaba, miró a Jing Yuan a través del espejo. Jing Yuan estaba apoyada en el sofá, no en una postura especialmente relajada, pero desde luego no sentada como de costumbre. Parecía algo tranquila. Su expresión era seria mientras escuchaba, desprendiendo un aire muy serio. De hecho, era una persona bien educada. Los ojos de Gu Kexin se llenaron de una sonrisa: "No hay mucho más. Si te aburres mucho, puedes mandarme un mensaje".

Por supuesto, Jing Yuan no la molestaría. Aunque Gu Kexin no tuviera una amiga de visita, no tomaría la iniciativa de mandarle un mensaje. Pero había aprendido algunas frases de cortesía de Gu Kexin. Se levantó y asintió: "Muy bien, señorita Gu, me voy ya".

Gu Kexin sonrió y asintió, "Mm."

Jing Yuan salió del camerino, y Ye Cixi la siguió rápidamente, preguntando: "Señorita Jing, ¿la llevo a su habitación?".

Su rutina diaria era sencilla y directa. Cuando no estaba rodando, se quedaba en su apartamento. Cuando rodaba, se quedaba en el plató y volvía al hotel después del trabajo, sin actividades de entretenimiento. Ye Cixi llevaba casi tres meses con ella y nunca había visto a Jing Yuan salir por capricho.

Al principio, Jing Yuan quiso volver, pero hizo una pausa y giró la cabeza: "¿Pediste las flores que te pedí la última vez?".

Ye Cixi respondió rápidamente, "Sí, lo hice".

Jing Yuan asintió, "Vamos a recogerlas".

Ye Cixi respondió con entusiasmo y condujo a Jing Yuan al coche.

La furgoneta de la niñera era espaciosa, con cristales tintados que impedían ver el interior desde fuera, aunque se podía ver vagamente el paisaje exterior desde dentro.

A medida que se acercaba octubre, el tiempo se volvía frío. Los árboles que bordeaban las calles se desprendían de sus hojas, que de vez en cuando pasaban junto a las ventanillas del coche. Jing Yuan giró la cabeza para mirar por la ventanilla, pensó un momento y bajó un poco el cristal. El aire frío que entraba la hizo estornudar.

La puesta de sol era hermosa, pero se acercaba el anochecer.

Ye Cixi la miró por el retrovisor y dijo: "Señorita Jing, hay una manta detrás del asiento".

En Zhouping hacía mucho frío a partir de octubre, así que había preparado una manta en el coche desde el principio. Jing Yuan giró la cabeza y vio una manta perfectamente doblada en el asiento de detrás. Dijo suavemente: "Gracias".