Sinceridad

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¿Hablar las cosas? ¿Qué le diría? La cabeza de Edgar era un total desastre... Quiso calmarse y pensar en algo positivo.

Recapitulando: había conocido al príncipe de China (próximo prometido de Colette) en una situación vergonzosa; luego tuvieron relaciones estando él en celo y para rematarla, su omega sentía una aparente conexión con el alfa de Fang. O eso dedució por su comportamiento reciente e instintivo.

Después de dar tantas vueltas y caminar tanto ya estaba frente a la gran puerta que separaba a su hermanita de él, eso lo sacó de su mundo. El toc toc sonó a través de la madera y una muchacha de cabellos pelirrojos le abrió.

Los ojos de ambos familiares se llenaron de lágrimas y corrieron hasta encontrarse en un reconfortante abrazo.

—¿ED? ¿Qué haces aquí? ¡Pasó poco tiempo pero te extrañé! —Dijo entre sollozos. Siempre tan "dramática" como le dice el pelinegro.

—Ya no llores, tonta. También te extrañé. —Dijo correspondiendo al abrazo. —Ya estamos juntos.

—¡SII! ¡AY EDGAR, NO SABES CUÁNTAS COSAS DEBO CONTARTE! Pero antes, ¿viste lo linda que me dejaron? Ellas son Jessie y Penny.

Ambas betas hicieron una reverencia y el omega se limitó a saludarlas con la mirada.

—Si, luces increíble. —Esbozó una pequeña curva en sus labios. Se emocionaba por ver a la chica tan feliz.

—Claro que sí. —Presumió la chica. —¿Adivina qué? ¡HOY CONOCERÉ AL PRÍNCIPE FANG!

La mente del chico se puso en blanco. ¿Cómo le diría a la albina, estando ella tan emocionada? Mierda.

—Ah... Me alegro por ti. —Auch, en el fondo ese "algo" le seguía doliendo. ¡Pero era su hermana! ¡Su mejor amiga de toda la vida!

—Oh vamos Ed, ya verás que todo saldrá bien. No seas negativo. —Dijo animando y dando palmaditas al recesivo.

El pelinegro solo miró a su hermana con pena tratando de fingir alegría. Todo esto le estaba afligiendo en lo más profundo de su ser.

Dos guardias entraron a la pieza y ambos hermanos se sobresaltaron.

—Princesa Colette, venimos a escoltarla hasta el jardín para su visita al príncipe. —Dijo uno de ellos, Colette pudo notar que debajo del gorro tenía el cabello verde. «¡Qué característica más curiosa!» pensó.

Los ojos de Edgar se abrieron y cierta corriente eléctrica ya conocida volvió a interrumpir su efímera tranquilidad. La bufanda del menor le dió golpecitos en la cabeza.

Penny y Jessie no se tardaron en darle los últimos arreglos a la chica, maquillándola y perfumándola. Ya estaba lista.

—¡Ya me voy hermanito! ¡Suerte con lo que tengas que hacer! —Dijo despidiéndose.

—¡Suerte también!

Finalmente la albina ya se había ido, Edgar estaba nervioso de lo que podría pasar con Fang y Colette. Su pecho le dolía. Se sentía... ¿traicionado? No lo sabía. Todo era tan confuso.

—Bueno, creo que también me voy. Tengan un buen día chicas. —Se dirigió a las betas.

—¡No se preocupe! —Hablaron al unísono.

Sin duda, Edgar tiene que pensar las cosas, en tan poco tiempo ocurría esto. ¿Era la culpa? ¿Los sentimientos nuevos? ¿Lo que sentía su omega?

Raramente sus ojos empezaron a llenarse de espesas lágrimas...

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El llanto de mi chico | Fang x Edgar [AU OMEGAVERSE +18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora