La otra cara de la moneda

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En otro lado del mundo, el amanecer asomaba las cortinas de hilos dorados de cierto omega que había decorado su cuarto con personajes revolucionarios.

Con pesar, el pelinegro se levantó. No estaba listo para otro día ruidoso, donde sus padres regañaran cualquier "acto rebelde" qué se le pasara por la mente.

Encendió su tocadiscos y puso un vinilo de su nueva banda favorita: Los Bad Ramdoms, no eran muy populares pero el estilo era impresionante para Edgar.

Se vistió con la ropa de doncel que estaba en su armario y bajó a conversar con su hermana Colette.

En Inglaterra, la crisis en Magic era diferente: las malas cosechas, el pueblo muriéndose de hambre y la reina Piper había gastado el dinero de lo que quedaba en banquetes lujosos

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En Inglaterra, la crisis en Magic era diferente: las malas cosechas, el pueblo muriéndose de hambre y la reina Piper había gastado el dinero de lo que quedaba en banquetes lujosos.

—¡Cómo se te ocurre, Piper! ¿No ves que la economía de Magic se está yendo por la borda?

La rubia guardó silencio, era consciente de sus actos y ahora se arrepentía, pero su esposo enojado le causaba pánico.

Antes de que Byron siguiera regañando a la omega, tocaron la puerta de la habitación.

—Abre. —Ordenó a Piper, quien enseguida se acercó a atender a la persona detrás.

La chica fue ignorada y el mensajero se dirigió específicamente al alfa.

—¡Rey Byron! Una carta importante ha llegado para usted hoy en la mañana. ¡Es de China!

Extrañado y aún molesto, toma la carta entre sus manos observando el sello y la firma de Tao Wang.

El mensajero se retira haciendo una reverencia y nuevamente los dos adultos se quedan solos.

Rasgó el papel delicado y comenzó su silenciosa lectura. En algún momento su rostro cambió a una expresión más animada y cuando llegó al final de la carta soltó una risa, de esas que dan miedo.

—¡Esposa mía! ¡La solución ha llegado por obra del destino!

La inglesa estaba desconcertada, a veces el cambio de actitudes del mago eran muy drásticas.

—¿A qué te refieres...?

Byron tomó aire para referirse a su situación.

—Nuestra hija Colette se va a casar con el príncipe de China.

La inglesa quedó estupefacta, tomó el mensaje enviado y lo leyó por ella misma. La recompensa era grande y no solo podrían estabilizar la economía de su país, sino también vivir una buena vida.

Ambos padres sabían que llegaría el día en el que uno de sus hijos se case para continuar con el linaje. Y que un hombre bastante poderoso les haya pedido la mano de la menor para ser su nuera los hacia sentirse más que honrados, poderosos.

Analizaron el problema y la solución conveniente que se les había propuesto, conversaron para llegar a la conclusión de que la boda de concretaría. Pero habían omitido que si aceptaban el matrimonio, Edgar también debía viajar...

El llanto de mi chico | Fang x Edgar [AU OMEGAVERSE +18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora