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— CHAPER TWENTY —
old traditions

~♥︎~

FRUNCÍ EL CEÑO CONFUNDIDA AL ESCUCHAR EL ruido de espadas chocar junto a los viroteos de la tripulación alentando la pelea, si mi intuición no falla, ambos reyes deben haberse metido en una batalla por mero entusiasmo y volver a los antiguos tiempos.

—¿Vas a desafiarlo? —Lucy volteó la cabeza hacia el lugar proveniente de las espadas chocando, sus comisuras se curvan en una sonrisa emocionada—. ¡Tienes que hacerlo! ¿Recuerdas esa vez que te derrotó en uno de los últimos enfrentamientos y le dijiste que tomarías tu revancha? ¡Es ahora!

—No sé en qué estado físico me encuentro —torcí los labios con duda.

—¡Oh, vamos! ¿Desde cuándo te volviste una cobarde? —Lucy carcajeó lanzándome una mirada burlona—. Es Edmund, lo conoces, sabes sus debilidades y fortalezas, no será difícil para ti vencerlo si quieres.

—Yo creo que me pones mucha esperanza contra el mejor espadachín de Narnia —decliné con una mueca.

—¿Dónde está la confianza en ti misma? ¡Tienes casi el mismo nivel que él! Ya lo has vencido antes, podrás hacerlo una vez más —la reina insistió parándose frente a mí, abrí por completo los ojos cuando me tomó de los hombros y me sacudió con fuerza—. ¡Vamos, quiero verte luchar!

—Lucy-

—Lily, por favor —Lucy batió sus pestañas con insistencia, la muy maldita sabe que su carita de perro abandonado me hace imposible decirle que no.

—Vamos afuera —resoplé resignada.

—¡Sí! —ella aplaudió emocionada, una leve sonrisa se formó sobre mis labios ante su evidente emoción.

Quité las arrugas de mi vestido verde para comenzar a caminar junto a Lucy, hace apenas unos minutos me tomé el atrevimiento de cortar unos centímetros la parte de abajo con ayuda de la reina, el vestido me llegaba abajo de los pies y me dificulta el andar, ella fue la que me dio la idea de cortarlo con una navaja, así que eso hicimos.
Ahora, el vestido me llega a los tobillos, lo suficiente largo como para moverme con tranquilidad.
Antes de salir, subí la falda con rapidez para tomar una de las dagas escondidas de la media que abraza mi muslo, encajando entre la avertura en la unión de la cintura con el corsé, un pequeño espacio diseñado especialmente para la daga.

Cuando estuve lista, salí a la cubierta desenvainando mi espada, frenando pocos metros atrás para disfrutar el espectáculo de Caspian y Edmund tener una pequeña pelea amistosa.
La punta filosa de mi espada se clavó en la madera del bote, si mis observaciones no fallan, Edmund continúa teniendo los mismos movimientos que antes, solo que ahora parece batallar con más brutalidad y agilidad, enviando un escalofrío a lo largo de mi espalda.
Edmund siempre ha sido un luchador honorable, no por nada es el mejor espadachín de Narnia, ni siquiera Caspian ha logrado ganarle en los entrenamientos.
Sin embargo, parece ser que su debilidad continúa siendo el descuido de olvidar su espalda, por lo menos en las luchas amistosas, siempre he logrado igualarlo a causa de esa distracción.

Levanté las cejas al observar ambas espadas quedar cruzadas entre los cuerpos ajenos, los rostros de ambos reyes quedaron cerca. Demasiado, si se me permite decir. Incluso puedo observar la sonrisa llena de satisfacción y adrenalina en los labios del rey más antiguo, es evidente que extrañó volver al ruedo.
Los viroteos se escuchan con fuerza, ambos decidieron separarse luego de unos cortos segundos, Edmund permanece con la respiración acelerada y una brillosa capa que cubre su piel a causa del ejercicio repentino, pero su postura continúa firme.

𝙏𝙀 𝙎𝙄𝙀𝙉𝙏𝙊 | Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora