En un mundo donde todo esta perdido, los muertos vuelven a la vida y se comen a los vivos de una manera cruel y despiadada.
Donde un joven adolescente que ha estado sobreviviendo durante casi dos años solo después de la muerte de sus padres y herman...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No habia palabras que describieran la expresión de Carl, parecia querer reirse pero a la vez parecía ofendido.
Alessandra aparecio detrás de ambos con el rostro rojo de la vergüenza, Lucas solo sonrio con inocencia.
─ ¡Lucas, esas preguntas no se hacen!
El mencionado, giro su cabeza para observar el rostro de su madre con una expresión confundida. Luego volteo a ver a Carl el cual parecía estar en algun tipo de conflicto interno.
─ ¡Pero yo-
Sus palabras no pudieron seguir cuando la mas alta le tapó la boca con su mano, las manitas del pequeño trataron de quitar la mano en su boca.
─ Lamento mucho si te hizo sentir mal ─. Dicho esto la mujer cargo al pequeño y ambos comenzaron a salir del lugar, antes de que pudieran hacerlo el niño se zafo del agarre de su madre y con su mano se despidio del ojiazul. .
─ ¡Adios Carl!
Carl agito su mano de igual manera, despidiendose del menor con una pequeña sonrisa. En cierto modo, el pequeño era bastante parecido a Alejandro.
Madre e hijo caminaban de la mano por el lugar, el dia estaba relativamente soleado sin embargo no hacía mucho calor.
─ Lucas, no puedes preguntar esas cosas ─. Hablo la mujer mas alta, la mirada del menor se levanto del suelo y se enfoco en el rostro de su madre.
─ ¿Por qué?
─ Pues porque puedes hacer sentir mal a las personas, no muchos se sienten cómodos con alguna singularidad que tenga en su cuerpo.
El pequeño fruncio los labios y luego bajo la mirada, no se atrevio a pronunciar otra palabra por el resto del camino. La duda de haber hecho sentir mal a Carl le pesaba en el corazón, tal vez si no hablara tanto no haria sentir mal a los demas.
『⏳🕕』
Ambos caminaban por el lugar tomados de la mano, una pequeña sonrisa decoraba sus rostros y la felicidad abundaba en sus corazones.
─ Conoci a Lucas.
Una mueca se hizo presente en el rostro de Alejandro, el cual giro levemente la cabeza para ver al mas alto.
