14- nuestra primera vez

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La noche del 11/11
Narra denu

Estaba frío afuera, con Bauti nos estábamos besando tirados en el piso, así q he decidimos entrar para ver la cabaña, esta era hermosa, tenía dos pisos, arriba estaba el dormitorio que era enorme, abajo había una sala, la cocina y el baño, también había un balcón arriba y uno abajo.
Cuando entramos nos abrazó el calor de la estufa recién prendida, la heladera estaba llena, en la mesa que estaba en frente al sillón había un champagne, chocolate y chocolate blanco, también gomitas y nachos.
Pero lo que más me llamó la atención fue una tarjetita

Revisa el baño

bau, mi amor, por que la tarjetita dice esto— preguntó desconcertada
— mejor anda al baño— me dijo, yo sabía que era un plan que él había hecho

Voy al baño, este era enorme, había una bañera, y una ducha gigante, en el espejo había otro papelito que decía

Yo sé que vos queres, pero yo también
Para eso anda a la cocina

Miré a Bautista , los dos fuimos de la mano a la cocina, ahí había un libro de recetas, además la cocina era hermosa, después de observar un rato había un papelito en la heladera

abre el freezer

Lo abro y ahí había mi helado favorito, en la tapa del helado decía

Sube al cuarto y recibe tu sorpresa

vamos a ver tu sorpresa— me dijo Bautista extendiéndome su mano para que yo la tome
—vamos— digo firme
—para que antes te voy a tapar los ojos— agarra una bufanda y me los tapa—subite a caballito—me dice dándose vuelta para que suba
—ya me subo, para que te encuentre— dije riéndome. El me tomó por las caderas y cuando sentí sus manos salte a su espalda, estaba agarrada de sus hombros, por suerte Milanessa no estaba sino hubiera sido un caos, con Bauti decidimos dejarla en la guardería de perritos de la agencia de cabañas, porque queríamos pasar las noches solos.

Narra Bauti

Estaba muy nervioso, las manos me sudaban, no sabía si esto iba a salir bien, así que mientras subía la escalera respiraba lentamente, para poder calmarme. Llegamos a la habitación, primero vi cada detalle para corroborar que todo estaba perfecto y efectivamente lo estaba, todo estaba como me lo había imaginado.

Bajé a Denisse de mi espalda, me fijé de que no quedara muy cerca de la escalera para que no se caiga.

—bueno denu, ¿estás lista?— dije con la voz temblorosa
—siempre— dijo segura de sí misma
— para que te saco la bufanda— se la estaba sacando con delicadeza, pero no pude evitar no darle un beso, le di un besito tierno, cuando le termine de sacar la bufanda, se quedó mirándome a los ojos
—que hermosa que estás— le dije apreciando cada detalle de su cara
—nada que ver, no me peine ni maquille, estoy horrible— respondió ella
— por más que no te maquilles, para mí siempre vas a ser hermosa— le dije mientras a acomodaba un mechón de pelo detrás de su oreja
—Gracias amor— me dio un cálido abrazo

Narra Denisse

Bautista siempre lograba que cada día yo pudiera quererme un poquito más, después de estar abrazados sientiendo el calor del otro, salió de en frente mío, ahí pude ver todo lo que había planeado.

La pared tenía unas luces hermosas, cuando veo el sillón que está junto a la cama veo que había un vestido hermosísimo, era de color azul eléctrico, había una cartera del mismo azul, unos tacones blancos y un abrigo blanco también.

—Bauti no era necesari...— no me dejó terminar la frase
—pásate todo el día diciendo que no era necesario, pero lo mejor está por pasar— me dijo mientras me daba vuelta, desde arriba podía ver el piso de abajo, podía ver la sala y la cocina

El hilo rojo | Bautista y Denisse |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora