poemas de segundaria

La promesa del destino

No era casualidad, no era coincidencia,
un destino tejido en los hilos del tiempo.
Nuestros caminos se cruzaron, como ríos que desembocan,
en un mar de emociones que nos inundó.

Tu mirada, un mapa que me guiaba hacia lo desconocido,
un laberinto de deseos que me atraía sin cesar.
Era como si el universo me susurrara al oído:
"Te he traído a ella, a la mujer que te hará volar".

En tus ojos, vi un futuro lleno de promesas,
un camino compartido que se extendía hacia la eternidad.
Un amor que se revelaba con la intensidad de un rayo,
y me hacía sentir como si estuviera en el cielo.

No se qué pasará mañana, qué secretos nos depara el destino,
pero sé que en este instante, te amo con la fuerza del universo.
Te amo porque nuestras almas encontraron su hogar,
porque en ti encontré la paz, la alegría, la fuerza que me faltaba.